El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se mostró ayer partidario de abrir una reforma constitucional, «hablada y consensuada entre todos y partiendo de posiciones abiertas». El jefe del Consell consideró que hay que atender «las nuevas realidades que se presentan para poder superar así la crisis política, la social, la económica y la territorial». Puig, que participó en el ciclo de tertulias de verano organizado por el Ayuntamiento de Es Mercadal (Menorca), insistió en la necesidad de modificar el actual modelo territorial de España «porque existe un situación de desigualdad entre las autonomías que afecta a las personas. Por ejemplo, Baleares y la Comunidad Valenciana están mal financiadas. Por tanto, hay que afrontar y racionalizar este debate». Y concluyó: «La Constitución, después de tres décadas de éxito, presenta cierto agotamiento».