La pelea entre Compromís y el PSPV por el control de la Dirección General de la Función Pública podría poner en peligro la oferta de empleo de este año: al menos 157 plazas en la administración de la Generalitat que se perderán si no se convocan antes de que finalice 2015. El riesgo de que estas plazas de funcionarios no puedan ofertarse se suma al bloqueo en la administración que está ocasionando la ausencia de un responsable de Función Pública, una dirección clave adscrita a la Conselleria de Justicia que se diputan los socios de Gobierno. Este diario ya informó de cómo varias consellerias han comenzado a desmantelar la cúpula funcionarial heredada del Gobierno popular con el cese de subdirectores generales y jefes de servicio que, en muchos casos, están esperando ser reubicados. La reorganización funcionarial de la Generalitat será una de las principales tareas que tendrá que abordar el nuevo director general.