El vicesecretario general de Organización del PP, Fernando Martínez-Maíllo, desautorizó ayer de manera implícita a los dirigentes populares de la provincia que venían reclamando una mejor asignación para el territorio, al asegurar que Alicante no cuenta con motivos específicos de queja frente a los Presupuestos Generales del Estado para 2016. «Ninguna provincia está contenta, pero hay que saber mirar los presupuestos en clave nacional. Esta vez son más sociales», aseguró Martínez-Maíllo, una de las «nuevas caras» que incluyó recientemente el presidente, Mariano Rajoy, en el organigrama nacional del PP.

Martínez-Maíllo visitó ayer Alicante, tras pasar una jornada en las fiestas de Elche, para participar en un acto provincial con militantes y dirigentes de la formación popular. En una repleta sede provincial que más que el pisito de la pasada convención provincial parecía una sauna por el intenso calor que sufrieron los asistentes y que obligó a acortar el programa previsto para evitar algún problema de salud, el vicesecretario general de Organización emplazó a los diputados y senadores del PP a pelear, si lo consideran oportuno, en los despachos una mejora de las partidas asignadas. «Ellos saben que tienen las puertas de los despachos abiertas y que el gobierno va a ser sensible», añadió el dirigente nacional, quien apeló, durante su intervención ante cargos públicos de la provincia y afiliados, al «orgullo» de pertenecer al PP, frente a la dura crítica que dirigió a toda la izquierda, aunque con más énfasis a los socialistas por «pactar con radicales e independentistas», en alusión, entre otros, a Podemos y Compromís. Además, incidió en que los bipartidos y tripartitos «siempre acaban en fracaso». «La pregunta es cuándo fracasarán. Cuando suceda, ahí estará el PP para asumir las riendas de la situación. La Comunidad está esperando para volver a confiar en el PP», aseguro el vicesecretario general de los populares.

En sus palabras ante las bases y los dirigentes provinciales del PP, Martínez-Maíllo pasó de puntillas por los Presupuestos Generales y la financiación autonómica, dos asuntos que desarrolló más tarde ante la insistencia de los medios.

Martínez-Maíllo también trató asuntos de relevancia nacional, como el proceso soberanista de Cataluña. A los dirigentes del PSOE, con Pedro Sánchez al frente, les acusó de «ambiguos», a la vez que censuró que se «envuelvan en la bandera de España en un acto y luego la desprecien para pactar con independentistas».

Por su parte, la presidenta regional del PP, Isabel Bonig, también centró su intervención en criticar a los socialistas con la vista puesta en las elecciones generales. «La izquierda socializa la miseria y la pobreza, mientras el PP socialista las oportunidades», fue ayer la carta de presentación de Bonig, que en su línea habitual optó por un discurso firme frente a la izquierda, a la que acusó de no hacer más que «quejarse», lo que le sirvió para hacer una petición a los populares que llenaban la sede: «No permitáis que borren los 20 años de trabajo del PP que han transformado esta tierra». Pero ahí no se quedó la censura al bipartito PSOE-Compromís que lidera el Ejecutivo valenciano. Bonig también tiró de controvertida ironía: «¿Ahora ya no hay emergencia social? Parece que ya no se mueren niños de hambre, porque [los miembros del Consell] se han ido de vacaciones».