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El nuevo Consell se rebela contra Montoro y se niega a recortes por 1.700 millones

La Generalitat advierte a Hacienda en el Consejo de Política Fiscal de que no piensa cumplir y rechaza ejecutar más ajustes - El Gobierno anuncia 954 millones más para 2016 pero se niega a aflojar el déficit y pasa de puntillas por el cambio de sistema

El nuevo Consell se rebela contra Montoro y se niega a recortes por 1.700 millones

No hay punto de encuentro entre el nuevo Consell de izquierda y el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Continúa el pulso sin vías de acuerdo. Y la situación se puede complicar todavía más. La negativa del Gobierno de Mariano Rajoy a mejorar la financiación obligaría a la Generalitat, finalizado 2015 y de cumplir con lo que marca la ley, a tener que ejecutar ajustes por una cantidad superior a los 1.700 millones, un tercio del presupuesto de la conselleria de Sanidad o de Educación. El conseller de Hacienda, Vicent Soler, que ayer participó en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, advirtió a Montoro de que la Generalitat se declara insumisa: no ejecutará más ajustes en tanto que considera que ya se ha tocado hueso y que el nivel de los gastos es uno de los más bajos de todo el Estado. «Ya estamos a la cola», apuntaron fuentes de Hacienda.

Montoro intentó poner paños calientes para calmar los ánimos y anunció, a modo de filtración antes de empezar, un «caramelo envenenado» para la Generalitat. En 2016, la administración autonómica ingresará 954 millones más, 563 a raíz del incremento de la recaudación correspondiente a la liquidación del presupuesto de 2014 y otros 390 como consecuencia de las entregas a cuenta. Pero no se trata de ningún regalo del Ejecutivo de Madrid. Ni de ninguna mejora del modelo de financiación, que discrimina a la Comunidad en más de mil millones anuales. Todo lo contrario. Son fondos que corresponden a la Generalitat y también al resto de autonomías. O sea que, aunque se acaben ingresando, las diferencias se mantendrán y, por extensión, también el expolio que padecen desde hace 10 años las arcas autonómicas.

En estos momentos, los cálculos del departamento de Hacienda apuntan a que el déficit de la Generalitat alcanzaría a finales de año los 2.200 ó 2.300 millones. Cabe recordar que, como herencia, el PP cerró los cinco primeros meses -momento en el que expiró su mandato- superando ya el tope de déficit para todo el ejercicio de 2015. Sumando todo el dinero que acabará recibiendo el nuevo Consell de izquierdas, a finales del ejercicio y para cubrir todo ese desfase, serían necesarios recortes por, al menos, 1.700 millones. O quizá algo más, en función de si la diferencia entre los ingresos y los gastos supera el 2,2%, la previsión inicial que, más o menos realiza la Generalitat.

El titular de Hacienda, Vicent Soler, ya alertó a Montoro de que esa es una posibilidad que no entra en los planes del bipartito formado por los socialistas y Compromís. Ni mucho menos. No es una posibilidad para el Ejecutivo autonómico. Y además el Ministro de Hacienda no le ofreció tampoco ni una vía de escape a la Generalitat. Ni se aflojó el déficit para tener margen de gasto como pedía la Autoridad Fiscal. Ni tampoco se habló del nuevo sistema de financiación. Más problemas para el Gobierno valenciano.

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