El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, buscó ayer un aliado regio en su batalla por la mejora de la financiación autonómica. Puig, quien fue recibido por la tarde por el Rey en el Palacio de la Zarzuela, trasladó al monarca la discriminación crónica que sufre la Comunidad Valenciana, donde las transferencias estatales no llegan ni a cubrir los servicios básicos esenciales, y que, en su opinión, aboca a los valencianos a tener menos oportunidades. Felipe VI atendió las explicaciones de Puig aunque, lógicamente, no hubo un pronunciamiento.

Tampoco fue la única demanda que le trasmitió Puig. El presidente, que le expuso principales proyectos de su Gobierno, pidió ayuda al Rey para contribuir a reflotar la imagen de la Comunidad, lastrada por los casos de corrupción del pasado y que sigue constituyendo un hándicap para los empresarios.

Felipe VI expresó su total disposición a colaborar en ese sentido. Un compromiso que podría traducir en la visita del monarca a tierras valencianas.

Para sorpresa del socialista, el Rey le recibió con un «ya te conocía». Aunque por una desgraciada circunstancia. Entonces Príncipe, fue el representante de la Casa Real en el funeral en Morella por los 18 muertos en el albergue de la Todolella, en 2005. Puig incluso se emocionó al evocar aquel dramático episodio.