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Manuel Alcaraz Ramos

«El PP ha tenido un sentimiento de impunidad terrorífico y ha sido muy chapucero»

«Lo primero será establecer un sistema de vacunación de las instituciones contra la corrupción»

«El PP ha tenido un sentimiento de impunidad terrorífico y ha sido muy chapucero»

Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación. Visto lo visto durante los últimos años en la Comunidad, ¿no le da vértigo?

Vértigo quizás no sea la palabra, porque llevábamos viendo muchos de estos asuntos durante mucho tiempo. Desde Compromís hemos estado años y años denunciando y pidiendo cambios. Hemos hecho propuestas parlamentarias que no triunfaron porque el PP aplicó su rodillo. Además, en mi caso vengo de los movimientos sociales. De la PIC (Plataforma de Iniciativas Ciudadanas). Se ha conseguido paralizar el Plan Rabasa, que era un ejemplo perfecto de lo que no podía ser la forma de hacer política. Vértigo no, preocupación sí. Y sobre todo sentido de la responsabilidad. Sabemos que es muy difícil la tarea que tenemos por delante, pero tenemos un compromiso con la ciudadanía.

¿Qué objetivos se ha marcado a corto plazo?

En una conselleria que es nueva y en un escenario de cambio, mal haría si me empeñara en empezar lanzando propuestas estrella. No es esa la función de la conselleria, sino dar pasos con mucha cautela. Medir bien las cosas. Primero vamos a hacer una especie de auditoría ética de todo lo que ha pasado. Una reflexión. Vamos a tener que organizar la propia conselleria, que no existía. También pondremos en marcha la oficina antifraude, que ya existe en Cataluña y la Unión Europea. Debe servir para evitar que se produzcan situaciones indeseables.

¿Cuál será el trabajo diario de los trabajadores de esa oficina antifraude?

Tenemos que definirlo todavía. Hay varios modelos. Tendrán que realizar, junto a la inspección de servicios, funciones que analicen que todos los servicios de la Generalitat están actuando correctamente y que no hay ningún desvío. Hay que distinguir entre las situaciones más graves de corrupción y otras que envenenan mucho, pero que tienen que ver con la corruptela de cada día, con el olvido de una norma administrativa, con el dejar pasar, con pequeñas vulneraciones... Al final eso va constituyendo el suelo de la corrupción. Se trata de inspeccionar y perseguir aquello irregular. ¿Cómo? Viendo las medidas de tipo administrativo que se puedan tomar y, en el caso de que detectemos una situación presumiblemente constitutiva de delito, se pondrá en conocimiento de la autoridad competente. Lo que se trata es de tener un organismo especializado y dotado de medios para poder actuar. Luego se tomarán otras acciones que debemos analizar, como por ejemplo la protección de los denunciantes. Hay situaciones dentro de la administración que son muy complicadas porque el funcionario tiene auténtico miedo de recibir represalias al denunciar prácticas irregulares. Eso hay que regularlo.

¿Cómo piensa fomentar la participación de los ciudadanos en la gestión del Consell?

Lo que hay que entender, sobre todo, es que el modelo español está basado en la democracia representativa. Lo básico en nuestro sistema son unas elecciones periódicas en las que hay unos partidos que representan la pluralidad y que vertebran el parlamento. Pero la Constitución no cierra la posibilidad a otras vías. Por ejemplo, la posibilidad de celebrar referéndums o consultas populares. Esto hay que vivirlo sin dramatismos porque en muchos lugares no estaría nada mal que los ciudadanos se pronuncien. O la Iniciativa Legislativa Popular, que está regulada ya en nuestro ordenamiento, pero con una serie de cautelas excesivas. Habrá que cambiarlo porque sino, lo que se establecen son auténticas élites que controlan todo. Se impulsarán medidas de ese tipo.

Y en términos generales, ¿cuáles serán sus prioridades?

Primero, establecer un sistema de vacunación de las instituciones contra la corrupción. Segundo, dotar a la sociedad civil de instrumentos para una mejor participación. Tercero, establecer mecanismos de responsabilidad social que se verifiquen en la práctica y que puedan ser cuantificados. Y cuarto, impulsar unos sistemas de cooperación que tengan en cuenta a los valencianos que se ven obligados a abandonar la Comunidad. Esos son los grandes objetivos.

¿Qué ha fallado para que la Comunidad se haya convertido prácticamente en la cuna de los escándalos de España?

No solo ha sido la Comunidad Valenciana, también Murcia, Madrid o Andalucía. Ha sido por la concurrencia de dos factores. El primero, larguísimas mayorías absolutas en manos de un partido que poco a poco va transformando el sistema democrático en un régimen en el que las minorías son absolutamente machacadas y marginadas, y todo se decide en el ámbito de una élite cada vez más reducida del partido gobernante, lo cual da un sentimiento de impunidad terrorífico. Solo así se explican cosas como las que hemos visto y por las que nos preguntamos: 'pero cómo hicieron estas cosas'. Nunca pensaron que los iban a coger. El segundo factor es un modelo económico demasiado decantado hacia la especulación urbanística y las grandes contratas en los servicios públicos. La ausencia de diversificación económica ha sido tremendamente venenosa. No es casualidad que grandes empresarios que guardaron silencio en otras épocas ahora sin embargo sean los primeros que pidan medidas contra la corrupción. Tendremos que estudiar lo que nos ha costado la corrupción. Vamos a pasar muchos años hasta que acabemos de pagar lo que nos ha costado.

¿Exigirá a los políticos la reclamación de hasta el último euro sustraído?

Se activarán los mecanismos a través de la Abogacía y se exigirá. Da la impresión de que muchos de los grandes casos ya están en investigación judicial. Pero no sabemos qué falta por salir. Quiero pensar que lo más gordo ya ha aflorado.

Pero entonces, está convencido de que saldrán a la luz nuevos escándalos.

No me sorprendería en absoluto. Probablemente, hoy no están ocurriendo grandes casos de corrupción y es difícil imaginar que ocurran porque ha cambiado el ciclo económico, que es lo que engrasaba todo.

¿Cree que Alberto Fabra impulsó medidas para luchar contra la corrupción dentro del PP?

Creo que trató a la desesperada de poner algunos diques. Pero fueron insuficientes. No se atrevió a ir contra algunos de los principales capitostes de su partido. Lo hizo tarde y mal. Y estaba demasiado pendiente del efecto político. No llegó a demostrar la valentía necesaria.

¿Ha faltado responsabilidad social en la Comunidad durante los últimos 20 años?

Creo que sí. Mónica Oltra ha repetido algo que me parece que es una evidencia. Estas personas tenían un enorme sentimiento de impunidad y creían que todo valía. Pero es que además lo hacían muy mal y eran muy chapuceros. Yo echo un vistazo por Alicante y se ven infinidad de cosas mal hechas, mal acabadas, servicios públicos deficientes, la ciudad está sucia... Hay que buscar mecanismos para que los ciudadanos no tengan esta situación y para que sepan que las autoridades están vigilantes. Eso tiene que impregnar la cultura de todas las consellerias.

También hace falta responsabilidad política.

Es algo que hay que recuperar. Si los políticos no se sienten responsables de sus actos, mal vamos. Aquí el PP había construido una especie de democracia plebiscitaria. Rus o (Carlos) Fabra llegaron a hacer declaraciones diciendo que si la gente les había votado, podían hacer lo que les viniera en gana. Eso mata la democracia. Significa opacidad y no rendir cuentas. ¿Por qué hemos visto cantidad de conflictos en las Cortes? ¿Por qué Mónica Oltra se convirtió, entre otras cosas, en la política mejor valorada? Porque fue al lugar del pueblo, que son las Cortes, a cantarle las 40 a gente que hacía estas cosas. Compromís se ha distinguido por eso y nos sentimos muy orgullosos. Esa es nuestra principal seña de identidad y no otras, como quieren hacer ver algunos.

¿Usted se considera nacionalista?

He escrito varios libros y muchísimos artículos sobre el concepto nacionalista. Yo no lo soy, me considero valencianista. Mi seña de identidad esencial es ser una persona de la izquierda transformadora y que se siente permanentemente solidaria con los más débiles. En el caso del País Valenciano hay elementos históricos y actuales para comprometernos en la defensa de las señas de identidad.

¿Pero defiende la independencia de la Comunidad?

No. Nunca me he sentido independentista. Y Compromís nunca ha hecho una declaración de ese tipo. Es un juego perverso que ya utilizó la derecha en la transición. Que no nos provoquen porque vamos a responder con inteligencia a la auténtica radicalidad absurda nacionalista.

Por cierto, ¿qué le parecieron los ataques de Carolina Punset al valenciano?

Eso sí fue una intervención de un radicalismo nacionalista.

Antes hablaba de opacidad. ¿Promoverán una nueva Ley de Transparencia o ven útil la que aprobó el Consell de Fabra?

Va a haber que reformarla y estudiarla con mucho detenimiento. Es verdad que nos encontramos materias concurrentes. Cosas que aunque podamos legislar, para ser sensatos, tiene mucho que ver luego la legislación del Estado. Creo que va a haber un cambio importante en las Cortes Generales en noviembre y aquí tenemos que estudiar reformas puntuales. Sin embargo, sí tengo un proyecto para empezar a debatirlo ya: someternos a una inspección voluntaria de Transparencia Internacional. Queremos que venga su presidente mundial y nos digan ellos qué hacemos bien, que seguramente es mucho, y en qué se falla. Lo haremos cuanto antes. Pero los temas hay que estudiarlos en profundidad.

¿Quién le propuso ser conseller?

Nadie y varios. Había una comisión del partido para negociar y me lo propusieron. Yo dije que no me iba a proponer ni iba a proponer a nadie. Tengo la convicción que detrás está la persona que tenía que estar: Mónica Oltra.

Pidió 24 horas para pensárselo.

Sí, lo consulté con la familia. Mi mujer me dijo que adelante. Son ocasiones que se presentan una vez en la vida y son muy bonitas para los que tenemos una vocación de servicio público.

¿Recibió muchas felicitaciones el lunes?

Sí, cientos. Si me tengo que quedar con una es la de mis compañeros de la PIC porque son con los que he trabajado durante muchos años.

¿Mónica Oltra le ha apretado ya las tuercas y le ha pedido algo?

Es que de estas materias hemos hablado ya muchísimas veces. Aún no nos hemos sentado formalmente.

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