Manuel Alcaraz (Alicante, 1958) es de sobra conocido en las comarcas alicantinas. Profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Alicante (UA), cofundador y expresidente de la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC), exconcejal en el Ayuntamiento, exdirector de la Sede Ciudad de Alicante, exdiputado en el Congreso, autor de 11 libros y cerca de 50 artículos en revistas científicas y técnicas... Alcaraz posee un prolijo currículum.

Orgulloso benaluense, donde vivió hasta la adolescencia, muy pronto comenzó a hacer sus primeros pinitos en política. Fue edil de Cultura cuando apenas contaba con 20 primaveras y desde entonces no ha estado alejado nunca de la primera línea. Ya sea como activista social o como dirigente político. Bueno, casi nunca. En 2012 tuvo que hacer un parón obligado tras sufrir un infarto.

Hoy, aquello ya es historia. Así lo atestiguan los últimos acontecimientos. Alcaraz, de la total confianza de Mónica Oltra, cerró la lista municipal de Compromís en Alicante el pasado 24-M, fue una pieza clave en las negociaciones para formar gobierno en la capital y desalojar al PP de la Alcaldía 20 años después, y ahora, sin postularse él, Compromís le ha aupado a la Conselleria de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación. Casi nada.

Ante sí tiene un trabajo titánico. Deberá reflotar la imagen de una Comunidad azotada durante años y años por la corrupción, en la que precisamente no ha destacado la responsabilidad social -al menos de algunos dirigentes- y en la que la transparencia ha sido poco menos que una quimera. Por lo menos, eso revela la multitud de sentencias judiciales que ha ido acumulando en contra el Consell por negar información a la oposición. Ahora, todo eso cambiará. Esa es su intención. La transparencia se convertirá en la bandera del nuevo Ejecutivo y Alcaraz, experto en derecho constitucional, promoverá leyes para que la opacidad y la corrupción pasen a la historia. Experiencia en esos ámbitos no le falta. Se convirtió en el azote de Enrique Ortiz desde la PIC y se considera copartícipe de la caída de Sonia Castedo por su implicación en el Plan Rabasa.

Su perfil como experto universitario, sus vastos conocimientos sobre ética en la vida política y su talante dialogante le han aupado a un puesto que él no pidió, pero que tampoco tardó en rechazar. Cuando los miembros de la comisión negociadora de Compromís le trasladaron la propuesta solo puso una condición: quería reflexionar durante 24 horas. Aunque más que él, la que verdaderamente le animó a decir sí fue Olga, su mujer. Con el visto bueno de la familia, Alcaraz emprende rumbo a Valencia. Se irá con una pequeña espinita clavada. Manuel Alcaraz junior, su hijo de 4 años, verá mucho menos a su padre a partir de ahora. Sin embargo, también conseguirá algo que celebrarán miles de niños en toda la Comunidad: tener la oportunidad de ver otra vez dibujos animados en valenciano en la televisión pública. Ayer, precisamente, le explicó así su marcha al cap i casal. Porque al margen de sus nuevas competencias, también luchará para que RTVV sea una realidad cuanto antes. Ya ejerce responsabilidad social antes de tomar posesión.