La síndica de Ciudadanos (C's) en las Cortes, Carolina Punset, pronunció ayer el discurso más polémico del debate de investidura. Para sorpresa de propios y extraños, la parlamentaria menospreció el valenciano, lo consideró «poco útil» e incluso afirmó que en las poblaciones que cuentan con líneas de inmersión lingüística en sus escuelas se «está volviendo a la aldea». «La educación no debe abandonar las lenguas universales para recuperar una minoritaria que, aunque puede ser emotiva, es poco útil para encontrar empleo», sentenció.
Y no se quedó ahí: «Nadie niega que el valenciano es un bien cultural y que debe protegerse y aprenderse de forma proporcionada en la escuela, pero si lo convertimos en idioma único, estamos frenando el desarrollo personal y colectivo de la Comunidad». Las caras de los diputados del resto de grupos eran un poema. Incluso los parlamentarios del PP, a priori más cercanos a C's que las otras tres fuerzas políticas con representación, reían tímidamente en sus escaños.
El nuevo presidente de la Generalitat no dejó pasar la ocasión y le rebatió. «Para mí hablar valenciano no es una exigencia identitaria, mi madre me enseñó a hablar valenciano y es mi lengua, no es una cuestión menor. No es una cosa folclórica de unos cuantos indígenas que van por ahí», subrayó.
Punset, con todo, focalizó buena parte de su discurso en las señas de identidad. Y lamentó que el jefe del Consell se esté acercando «al populismo y el nacionalismo», en clara alusión a su entente con Podemos y Compromís. La síndica de C's fue especialmente dura con estos últimos. Recordó que el Bloc forma parte de la coalición -junto a Iniciativa y Els Verds- y es una formación «nacionalista». «No existe nacionalismo moderado, es siempre una carrera hacia la independencia», apostilló.
Puig se desmarcó muy pronto. «Yo no soy nacionalista, sino un demócrata progresista. Pero no se puede querer al mundo si no quieres a tu propia tierra; no se puede querer a otras lenguas si no quieres a la tuya propia», dijo, a la vez que sentenció: «El valencianismo que yo pueda representar no es un peligro».
La polémica sobre el valenciano continuó centrando el debate. Tanto, que Punset incluso comparó al PSPV con los socialistas catalanes. «Ha emprendido el mismo camino que hace 15 años tomó el PSC y Puig forma parte del ala más próxima al nacionalismo. Además, la política de inmersión lingüística la inició el Consell de Lerma del que formó parte y que ha provocado que más del 90% de las escuelas públicas de Castellón tengan un sistema en valenciano», añadió.
La parlamentaria de C's azuzó el debate y denunció que los nacionalistas «sólo se quitan la careta cuando están seguros de que no van a perder votos». El proceso se inicia con «una primera fase de afirmación del supuesto colectivo que llaman pueblo», a continuación se pasa al estadio de «parasitación del espacio público, normalmente a través de la imposición de la lengua», y concluye con «la ocupación de los medios de comunicación públicos». «Pobre el que no se pueda pagar una educación privada porque tendrán que aprender español por ósmosis», finalizó.
