En la hoja de ruta de Compromís y PSPV no está precisamente hacer recortes, pero conciliar esta aspiración con las exigencias del Gobierno central será complicado. Y ello, porque la herencia recibida dejará poco margen a los nuevos gestores. Moragues compareció hace dos semanas en rueda de prensa para asegurar que dejaba una situación financiera saneada al nuevo Consell y, entre otras cuestiones, habló de un déficit «controlado». Sin embargo, este desfase entre ingresos y gastos que el todavía conseller califica de controlado podría llegar al 2,3% a finalizar 2015, según las fuentes consultadas.En último informe sobre ejecución presupuestaria de las comunidades autónomas elaborado por el Ministerio de Hacienda constataba ya el citado 0,85% del PIB. Era el mayor de todas las autonomías. Y sólo habían transcurrido tres meses de ejercicio. En el departamento de Moragues no se descarta que el déficit al finalizar 2015 sea el mismo o muy similar al de 2014, que llegó al 2,39, lo que implicaría triplicar el tope impuesto por Madrid. Cabe recordar, no obstante, que el Consell se abstuvo en el Consejo de Política Fiscal y Financiera de julio del año pasado en el que se votó el escenario presupuestario. Moragues mantuvo un pulso con Montoro ya que avisó de que no podía comprometerse en cerrar las cuentas de 2015 con un 0,7% de déficit si Madrid no mejoraba la financiación autonómica.

El nuevo gobierno siempre podrá recurrir a este argumento cuando dentro de un mes se siente de nuevo cara a cara con Montoro y con el resto de autonomías.

Ahora bien, la ley de sostenibilidad está en vigor y Blanqueries, sede del PSPV, cuenta con que, al menos mientras siga el PP en el Gobierno central, se les exigirá a todos. De hecho, en el PSPV existe preocupación sobre cómo abordar el plan económico financiero. Además, el cambio de papeles puede llevar a una situación cuanto menos curiosa. Moragues cuadró las cuentas de 2015 a martillazos con la consignación de un Fondo de Competitividad que no ha llegado ni llegará. PSPV y Compromís desde la oposición denunciaron esta trampa que, paradójicamente, deberán mantener para que el presupuesto no salte por los aires.