La espectacular estampa de la réplica del pailebote Pascual Flores se dejó ver, por fin navegando, en el puerto de Torrevieja con destino a un varadero de Algeciras. Algo de viento de levante y un retraso sobre el horario previsto de tres cuartos de hora, la nave dejó las aguas de la bahía de Torrevieja de forma discreta. El objetivo es que en un plazo de dos meses se pueda concretar el acuerdo de cesión para que el barco histórico pueda ser embajador de la historia de la ciudad allá donde recale. Una despedida muy distinta a la llegada del barco original en 1999, acogida con banda de música, para un proyecto que se ha dilatado 16 años.