Reducir a la mínima expresión el papel de la Diputación, renegociar el 50% de la deuda que mantiene la Generalitat con el Estado, alcanzar los Pactos de la Comunidad y mejorar la relación de la autonomía valenciana con España. Esos son los cuatro ejes del libro «El problema valenciano tiene solución», una edición presentada ayer en la que el candidato del PSPV a la presidencia de la Generalitat, Ximo Puig, resume su ideario político y los puntos principales de su proyecto en el caso de que, finalmente, llegue a ocupar el Palau. El líder socialista presentó una obra que ha escrito con las aportaciones de distintos colaboradores y en el que plasma, aseveró, «una visión personal y participada de esta Comunidad que quiero y a la que propongo una serie de soluciones». «El problema valenciano existe, tanto en la relación que tenemos con España como con nosotros mismos, con nuestro modelo de crecimiento y con la gestión que se ha llevado a cabo en los últimos años», apuntó Ximo Puig en el acto.

Para el aspirante socialista, en estos momentos, la Generalitat se ha convertido en un «instrumento inviable». «En estas elecciones, más allá de decidir quién va a gobernar, debemos plantearnos qué y cómo gobernar para cambiar las cosas», manifestó. En el libro, Ximo Puig parte de la situación actual para apuntar soluciones, que, en su opinión, pasan por «la reacción democrática, un nuevo modelo productivo y un nuevo espacio de relación con España». «No podemos continuar sin exigir lo que nos pertenece, no sólo con respecto a la financiación, sino también en las inversiones del Estado y en la renegociación de la deuda», aseveró el líder del PSPV.

Ximo Puig, a pesar de que en la cúpula de su partido en Alicante esa iniciativa levanta ampollas, insiste en minimizar el papel de las diputaciones de la Comunidad, con lo que, en su opinión, se lograría un ahorro de unos 12 o 13 millones anuales. En el libro se propone que las instituciones provinciales se s0metan a la voluntad de los municipios y, a la vez, se tutelen desde la Generalitat, que tomaría el mando de esas corporaciones -que puede mantener el PP como contrapeso a un Consell de izquierdas- con lo que se rebajaría así su peso político. Para conseguir ese objetivo, en el caso de gobernar, los socialistas pondrán en marcha «con carácter inmediato» la Ley de Coordinación de las Diputaciones para que, unida a las disposiciones normativas complementarias necesarias, sirva para «minimizar su coste político y económico para los ciudadanos, eliminando cargos de confianza y mejorando la eficiencia y la prestación de los servicios públicos». Para el líder socialista, las corporaciones provinciales «son las instituciones más opacas que existen». «Se han convertido, a menudo, en instrumentos orientados a dar soporte a liderazgos políticos provinciales, mediante prácticas clientelares», señala el libro.

Sobre la financiación autonómica, Ximo Puig indicó que «el renacimiento de la Comunidad pasa, entre otras cosas, por que la Generalitat sea viable y para eso lo primero que necesitamos es una financiación adecuada y renegociar el 50% de deuda que se le debe al Estado». El líder de los socialistas valencianos también reiteró su idea de poner en marcha unos pactos de la Generalitat para sacar a la Comunidad de la crisis en la que se encuentra y, de la misma manera, trabajar para elevar el peso de la influencia del Consell en el conjunto de las decisiones que se toman en España.