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Juan Antonio Gisbert. Responsable de la oficina del candidato del PSPV Ximo Puig en Alicante

«La Comunidad Valenciana está en emergencia absoluta»

A falta de tres años para la edad oficial de jubilación, Juan Antonio Gisbert vuelve a empezar de cero

Juan Antonio Gisbert, durante un momento de la entrevista concedida a este diario. héctor fuentes

Hacía 40 años que no dirigía usted una oficina.

(Risas) Esto es algo que no había hecho nunca. No tengo ni la más mínima experiencia en dirigir la oficina de un candidato. Por eso he tenido que formar un equipo de gente que sí tiene experiencia y conoce el partido, que yo no lo conozco. Ximo Puig me pidió hace unos meses que coordinara el programa económico del PSPV, me pareció una propuesta atractiva desde el punto de vista profesional. Lo hice, los papeles están ahí. Dentro de una semana se celebra la convención autonómica del PSPV para presentar el programa y esto es una responsabilidad. Como consecuencia de eso, Ximo me pidió que me hiciera cargo de esa oficina. Eso no tenía ningún atractivo especial, porque me gustan las cosas que sé hacer y esto no lo he hecho nunca. Su visión es distinta, y es que con mi sola presencia le ayuda. Y si es así, muy a gusto de hacerlo. Desde la experiencia, pero con compromiso.

¿Ha vuelto a pedir el alta en el PSOE?

Llegué a ser militante del PSOE y dejé de serlo hace muchísimos años. No voy a pedir el alta otra vez, no es mi pretensión. Estando fuera, muchas veces decir que no es complicado, con que estando dentro... Quiero tener la capacidad de decir que no a las cosas.

¿En qué consiste su trabajo?

Yo voy a dirigir a un grupo humano que sí que sabe de lo que van estas cosas. La única cuestión es que ese grupo humano lo he elegido yo, gente de mi absoluta confianza que tiene experiencia en este tipo de situaciones. Yo puedo ser la cara amable o la cara oficial de la oficina, pero quienes realmente van a llevar la campaña de Ximo en la provincia de Alicante van a ser otras personas bajo mi dirección. Yo me voy a limitar a supervisar y a dirigir lo que hacen. Me he rodeado de gente profesional, no estoy autorizado aún a decir quiénes son, pero el coordinador, la persona que directamente depende de mí, es un economista, militante del partido, con mucha experiencia. A partir de ahí, él mismo ha ido completando el equipo con gente con mucha experiencia y con gente de menos experiencia de Juventudes Socialistas.

¿Qué dicen las encuestas?

Los sondeos son imprescindibles, pero si yo encargara el sondeo me fiaría hasta donde me fiaría. De lo que me enseñen los demás no me fío nada. Dicho eso, yo creo que en este momento existe una expectativa real de cambio. Mi opinión es que la Comunidad Valenciana está en una situación de absoluta emergencia en distintos aspectos. Emergencia económica, emergencia social y también emergencia política. La calidad institucional se ha deteriorado brutalmente en los últimos 20 años. Ha ido lloviendo sobre mojado hasta alcanzar un nivel de deterioro que es imprescindible corregir no sólo por el bien de la política. La calidad institucional es importante para que funcionen el resto de las cosas. Sin calidad institucional la moral social se deteriora, la confianza desaparece, y sin confianza, la economía no funciona. Hay que hacer una apuesta por el cambio. Desde el punto de vista económico, han pasado dos cosas. Por una parte, desde los años 80 estamos sufriendo un sistema de financiación absolutamente injusto con la Comunidad Valenciana. El primer sistema de financiación que tuvimos era malo y ese no se ha corregido jamás. Eso, unido a unas prioridades equivocadas de gasto y despilfarro en obras faraónicas que se han convertido en ruinas económicas, conduce a una situación de emergencia que lleva a que, por ejemplo, estamos pagando las nóminas de los funcionarios porque estamos con respiración asistida. Eso repercute porque hemos dado una orientación equivocada a lo que debería haber sido un desarrollo moderno que hemos basado en algo que no hay que despreciar, pero que no puede ser el eje de nuestro progreso: el turismo, que es una industria potentísima que hay que conservar, y la construcción, en la que a pesar de que hay que mantenerla, no podemos concentrarnos, porque refleja un modelo obsoleto. Es un modelo donde prima la mano de obra intensiva pero sin calidad.

Pero ese era el modelo con el que todos estábamos felices hace unos años, incluido el PSPV.

Por supuesto. Yo he hecho un análisis y no estoy señalando culpables. Es muy difícil llegar a una fiesta a las 11 de la noche y retirar el alcohol y apagar la música. Los políticos tienen muy complicado, cuando todo está creciendo, hacer lo que tienen que hacer. Lo que sucede es que hay que apostar por un camino que en lugar de incentivar eso, incentive otro tipo de cuestiones, y eso es lo que no se ha hecho. En las primeras etapas de la Generalitat se apostó por una política industrial que dio resultados, y ese es un camino por el que se debería haber continuado. Eso se cambió por un modelo radicalmente distinto. Por eso creo que hay que apostar por lo mejor de esos dos sectores, que siguen siendo muy importantes y que no debemos despreciar, pero no solamente por ello.

¿Y cree usted que Ximo Puig va a ser la persona que lidere todo ese proceso tal como lo plantea en esta conversación?

A mí me gustaría. Todas estas propuestas están incluidas en el programa económico que se presenta el sábado que viene, y por tanto, quien las presenta no es Juan Antonio Gisbert, es Ximo Puig.

¿Qué diferencia a Fabra de Puig?

No me gustaría estar en la piel del señor Fabra. El ha sido el primero en pagar un precio elevado por la herencia recibida de su partido y de sus antecesores. No ha sido capaz de entonar el mea culpa con transparencia. Lo primero que hay que hacer para solucionar los problemas es decir "señores, nos hemos equivocado y pedimos perdón". Y eso no lo han hecho. El es víctima de sus antecesores pero no ha sido lo suficientemente valiente para abordar los problemas. Creo que lo mejor que le puede pasar al señor Fabra es pasar a la oposición.

Véndame a Ximo Puig.

El componente del señor Puig no es solo racional. Es una persona a la que conozco hace muchos años y hemos trabajado juntos. Es una persona seria, honesta y rigurosa en su trabajo, y ahí también hay un componente afectivo que, junto a la coincidencia de un planteamiento para sacar de la crisis a esta Comunidad, me inclina claramente, desde mi independencia, a hacer público que le apoyo.

Serio y honesto. ¿El votante ya se conforma solo con eso?

Lo de utilizar la terminología de poner la mano en el fuego está demasiado sobado. Lo que yo puedo decir es que le conozco hace 30 años y que sé cómo vivía y sé cómo vive, y con eso tengo más que suficiente. Ha vivido siempre de su sueldo. Yo creo que el sueldo de los políticos es un sueldo digno, comparativamente bajo respecto al sector privado, lo que crea a veces procesos de selección adversa. En ocasiones se dedica a la política gente que no es capaz de hacer otras cosas, pero en este caso yo creo que Ximo ha vivido toda la vida de su salario y nada más. Y eso me da cierto grado de confianza.

¿Cómo se ha encontrado el partido?

Sería muy atrevido por mi parte hacer un análisis del PSPV en conjunto porque no lo conozco lo suficiente.

Pues ya está usted dentro.

Pero no estoy dentro del PSPV. Mi función es muy concreta, de apoyo exclusivamente al candidato a la Presidencia de la Generalitat Valenciana. Sobre eso me pronuncio y sobre el resto prefiero no pronunciarme.

¿Conoce el dicho de que en esta vida hay amigos, enemigos y compañeros de partido?

Si son un poco inteligentes, los adversarios, los enemigos, deberían estar muy tranquilos porque yo no voy a aceptar ningún cargo público aunque ganara el señor Ximo Puig. Ni aunque me lo pidiera. Y él lo sabe, y por tanto estoy seguro de que no me lo va a pedir.

De eso hablaremos luego. ¿Cree usted que la cita electoral del 24 de mayo es una partida de dos jugadores o de cinco?

Yo creo que el campo está abierto en este momento, clarísimamente. Me puedo equivocar, pero estoy convencido de que las circunstancias que se han producido durante todos estos años y la ausencia de respuestas adecuadas de los partidos mayoritarios ha generado un ambiente que ha favorecido la ampliación del mercado electoral a otras opciones

Lo dice Ximo Puig: «Va a ser [usted] la imagen y la cara de la oficina», en la que también se instalará el equipo de la candidatura local de Gabriel Echávarri. ¿Qué opinión tiene de Echávarri?

Según se me ha informado, esa oficina es exclusivamente del candidato a la Presidencia de la Generalitat. Y hay una primera planta en la que los candidatos de la provincia distintos de la candidatura local [de Alicante] podrán acceder a ella. Yo creo que la sede de la candidatura local está en otro sitio y que eso no se mezcla.

¿Y qué opina de Echávarri como candidato?

No puedo opinar porque no le conozco.

Habrá leído que se ha rodeado de asesores del PP.

He leído muchas cosas. No voy a opinar sobre lo que no conozco.

Pero habrá leído que entre sus asesores hay personas procedentes del Partido Popular.

Lo he leído, lo he leído. Y si es así me parece fatal

Esta vez no ha sonado usted como alcaldable. ¿Le ha afectado a su ego que no hayan pensado en usted?

Eso me lo pone muy fácil, porque cada vez que se me ha propuesto de verdad he dicho que no. Y nunca he dicho que no como desprecio, y me gustaría que se entendiera bien el tema. Para aceptar un cargo de esa naturaleza, uno debe tener la ilusión de hacerlo y encontrarse con la capacidad de poder hacerlo.

De lo segundo anda sobrado. ¿No le hace ilusión?

No me ha hecho nunca ilusión ser alcalde ni de esta ciudad ni de ninguna otra. Insisto en que debe de ser una cosa muy bonita, pero las cosas se tienen que cuadrar. Yo valoro mucho mi independencia. Cuando uno está militando o acepta estar en un sitio lo acepta de acuerdo a una disciplina, y a mí ese corsé no me gusta. ¿Que Ximo Puig dice que yo puedo ser la imagen de lo que él quiere? Eso ya es suficientemente satisfactorio. No quiero nada más

Volvamos a la oficina que usted dirigirá. Funciones de portavocía; coordinar plataformas de apoyo a la candidatura socialista y a Ximo Puig; poner en marcha toda la agenda del aspirante a la Generalitat en las comarcas alicantinas; y organizar la acción programática sectorial con movimientos que permitan preparar reuniones del candidato con asociaciones y entidades. Para alguien que ha sido director de una caja, director general del ICO y piloto de varias fusiones bancarias parece el trabajo de un secretario. ¿No le parece poco?

Si usted lo compara con esas otras cosas que ha dicho.... usted lo califica de poco, yo creo que no tiene nada que ver. Y en todo eso no tengo ninguna experiencia, por tanto lo que he hecho ha sido rodearme de gente que sabe hacerlo. Espero que sea la última vez. La primera y la última que tenga que hacer una cosa de éstas.

¿Va a cobrar por ese trabajo?

No, ni un céntimo.

¿Lo hace entonces porque cree en la causa?

Totalmente.

¿Es un buen mensaje para los votantes el hecho de que trabaje usted gratis?

No lo sé, en cualquier caso no será mío [el mensaje], será del candidato. Yo no me presento y lo hago absolutamente gratis, y no solo eso, es que ya le anticipo que no voy a aceptar ningún cargo público, que no es que esté ahora de gratis para en el futuro tener algo, no. No pretendo tener nada.

Si yo fuera de Podemos le diría que su estatus social y económico no es el de un socialista. Si fuera del PP haría demagogia y diría que tampoco. ¿Qué cree que dirán de usted los suyos?

Desde luego no paso penurias económicas. Tampoco soy partidario de colectivizar las cosas porque creo que así no funcionan. Lo que sí que tengo más allá de la independencia es un compromiso ideológico con los valores de la socialdemocracia. Yo soy de los que quiere pagar impuestos, que paga impuestos y que afortunadamente para mí he pagado muchos impuestos en esta vida porque he tenido retribuciones importantes. Si a partir de ahí hay alguien que se quiere meter con ello está en su libertad de hacerlo, pero eso no quita para nada mi compromiso con la igualdad de oportunidades, el pago de los impuestos, con que no podemos tener capas de la sociedad marginadas, la pobreza infantil que tenemos, etcétera. Es perfectamente compatible y un compromiso vital que se demuestra haciendo las cosas que hay que hacer.

Parece que estoy escuchando a Pablo Iglesias.

Pues no lo sé, igual el señor Pablo Iglesias piensa que yo soy de los de arriba.

¿Qué es la casta?

Habría que preguntárselo a él. A mí no me gusta descalificar a nadie. Me parece que [Podemos] debería hacer algo que no están haciendo: poner sobre la mesa sus propuestas reales. Hemos pasado de decir unas cosas con las que tuvieron un excelente resultado en las Europeas a que todo eso se ha quedado en nada. Ya no vale pagar la deuda. Y yo no sé que significa eso de vamos a hacer una auditoría sobre si la deuda era legítima o no. Puede que eso le suene muy bien a alguien, pero yo estoy convencido de que el señor Iglesias sabe que eso es imposible. ¿Qué significa auditar la deuda legítima? La deuda no se pide para hacer una cosa o para hacer otra, sino para cuadrar un presupuesto de gastos y un presupuesto de ingresos.

Será creíble o no, pero pone de manifiesto la hartura de la ciudadanía respecto a los dos grandes partidos.

Sin lugar a dudas. Me parece una reacción absolutamente natural. Lo he dicho antes: ninguno de los dos partidos mayoritarios ha estado a la altura de las circunstancias, y yo creo que todavía estamos en el camino equivocado, fundamentalmente por parte del partido del Gobierno. Por tanto, que exista un hartazgo en la ciudadanía y ello encuentre amparo en opciones políticas que hasta hace año y medio eran desconocidas, me parece natural, es un problema de mercado político. El ciudadano es dueño de su voto. Yo, personalmente, creo, que es más eficiente apostar por una opción más segura, más consolidada y con más experiencia, pero la gente no tiene por qué pensar lo que pienso yo.

Puig le ficha a usted por su perfil económico. ¿No cree que ya es hora de hablar menos de economía y más de las personas?

No tengo ni la más mínima duda de que la economía es un instrumento al servicio de las personas.

¿Y cómo se puede arreglar a medio plazo?

No se va a poder hacer eso salvo que se reforme el sistema de financiación de una forma justa para esta Comunidad. Eso significa recibir 4.000 millones más al año.

Luego la solución pasa por terceros, no por Fabra o Puig.

Aquí hay dos cuestiones: qué es lo que hago con lo que tengo y cuánto tengo para hacer algo. Con lo que hemos tenido, hemos hecho lo que no teníamos que hacer. Hemos hechos ciudades de la luz que ahora tenemos que regalar; hemos hecho terras míticas que ya hemos regalado; hemos asignado mal los recursos en lugar de potenciar el fundamento de la economía moderna, esto es, universidades mal financiadas, no apoyamos la investigación. Se nos llena la boca del fomento de la productividad, pero no hacemos nada para mejorarlo. Hemos apostado por grandes eventos, por traernos a Ferrari. Segunda cuestión: se ha hecho con menos recursos de los que nos tocaban. Y no estamos hablando de llorar o de estar mejor financiados que los demás. Sólo queremos que se nos financie como a los demás. Y eso se puede reivindicar movilizando a toda una sociedad colectivamente, a todos los partidos, a todas las fuerzas sociales en pro de eso. O se puede decir que se quiere eso, pero votar en contra de eso, que es lo que ha hecho el PP.

Pero lo de esperar la financiación del Estado es como el chiste del ángel de la guarda.¿Hay alguien más?

Creo que he empezado diciendo que la situación es de extrema gravedad y de emergencia. A la gente no hay que engañarla. Si no se reforma el sistema de financiación, esto tiene muy difícil solución. Quien gane y gobierne lo tendrá extremadamente complicado. Nadie tiene la varita mágica

Ahora sí se lo planteo. Le veo de próximo conseller de Economía.

Pues me ve fatal. Yo le garantizo que no lo seré por dos razones. Una, porque es muy probable que no me lo propongan; y segundo, le doy mi palabra de que si me lo propusieran diría que no. Estoy en otra etapa de mi vida. Entrando en el terreno de lo personal, seguramente la semana que viene o la otra voy a ser abuelo, y es un buen argumento. Yo le he robado mucho tiempo a mi familia y en este momento prefiero dedicarme a lo que estoy haciendo: seguir estudiando y leyendo, dar clases, escribir, si alguien me pide un asesoramiento, en función de quien sea, darlo gratis o cobrar por ello, pero sin ataduras. Yo he pasado por una enfermedad grave y estoy repuesto. Lo que me quede que sea para disfrutarlo.

¿Y la aventura de la gestión pública no sería el colofón a su vida profesional?

Creo que me llega tarde. Si el señor Puig me planteara esa opción, le diría a quien nombraría yo. Esa sería mi aportación. Y él ya lo sabe.

Es usted experto en fusiones. Fusionar es pactar. ¿Qué va a aconsejar a Puig? ¿Que pacte con la izquierda o como pide el PP querrá aislar a Podemos?

De entrada no excluiría a nadie, con un matiz. Si yo fuera candidato no invitaría al PP a formar parte de un gobierno, porque creo que para esta Comunidad y para el propio Partido Popular, que debe seguir siendo esencial en la vida de este país, lo mejor que le puede pasar es que purgue sus penas en el purgatorio durante un tiempo. Deben salir del Gobierno. Dicho eso, y está en el borrador del programa, se debe convocar al conjunto de la sociedad valenciana, lo que incluye a los partidos políticos, fuerzas sociales, empresarios, sindicatos, movimientos sociales, para hacer un gran pacto para sacar a esta Comunidad de la situación en la que se encuentra. Hablar con todos, gobernar con quien haga falta menos con el Partido Popular.

¿Usted qué cree que quiere la patronal o el lobby AVE?

No me atrevo a opinar por los demás. Las cosas que estoy diciendo son mis opiniones.

Pero no me negará que aquí nos hemos dejado a veces gobernar por terceros, por los grandes empresarios, por ejemplo.

A mí no me consta. No digo que no, eh? La palabra lobby tiene una acepción peyorativa que no tiene por qué ser así. Creo que cuando alguien da la cara y dice que le gustaría influir, en sí mismo no es malo. ¿Si lo hacen un grupo de empresarios es malo y si lo hace un grupo de trabajadores no lo es? La pretensión de los ciudadanos de intentar influir en las decisiones de un gobierno es razonable. No lo es que quien gobierna se pliegue a los deseos de alguien, y menos si existieran intereses espurios detrás, y no me consta que eso se haya producido. Hay que escuchar a todos.

Esto lo ha escrito usted hace unos días: "Es imprescindible erradicar la corrupción, primero porque es degradante e inadmisible, pero también porque eliminarla es una condición necesaria para generar confianza. Para eliminar la corrupción, más allá de las normas, es esencial tener una inquebrantable voluntad política de castigar severamente «a los propios» y apartarles, al margen de posibles procesos judiciales. Muchos casos de corrupción no se han atajado a tiempo porque, por una u otra razón, equivocada en cualquier caso, se ha estimado que «destapar el hecho perjudica al partido»". ¿Eso incluye a los imputados del PSPV?

Hombre, por supuesto. Ese es un mensaje genérico. Uno sabe por experiencia que estadísticamente hay gente honrada y gente que no lo es. Cuando uno establece sistemas de control y llega a tener conocimiento de las cosas hay que depurarlas. En tu casa. Sería una estupidez que para tener clientes ocultara casos de corrupción dentro de mi empresa. Al revés. No me parece a mí que los partidos políticos lo hayan hecho, y eso es una de las cosas que ayudaría a resolverlo. Nos están vendiendo que van a hacer la legislación más avanzada contra la corrupción, y resulta que el único responsable de los delitos económicos es el tesorero, cuando en el ámbito de la legislación privada, al presidente de una compañía le pueden castigar penalmente porque cualquier persona de la organización haya cometido un acto delictivo y él no haya sido capaz de controlarlo adecuadamente. ¿Le pedimos a los demás que hagan las cosas bien hechas y no nos pedimos a nosotros mismos hacerlas? Me parece una broma de mal gusto. En el programa económico hemos creado un apartado de calidad institucional y, por tanto, de lucha contra la corrupción.

Sabrá que el PSPV lleva imputados en las listas de varios municipios.

El debate sobre los imputados posiblemente no sea acertado. Esas cosas hay que resolverlas en el ámbito del propio partido y distinguir caso a caso. Voy a utilizar un caso ajeno. No es lo mismo que un partido mantenga en sus listas a una persona imputada por un acto de corrupción donde existen indicios suficientes de que es verdad, que se le impute por darle una bofetada a otro en una refriega. Por tanto, la regla de que todos los imputados no pueden estar, posiblemente sea hasta exagerada. Eso conecta con la pregunta anterior. Lo que tenemos que hacer es depurar las cosas que tenemos dentro de casa. Lo que no me puedo creer son esos casos tan evidentes donde se dice que no se sabía. Se ve y se sabe si uno quiere verlo.

Si se milita en un partido hay que ser obediente y yo no lo soy, ha dicho usted. No milita, pero casi. ¿Ahora es obediente?

Yo distingo entre obediencia y deslealtad. Si no estoy a gusto en un sitio me voy lo más en silencio que puedo, pero tampoco sería desleal. Se puede ser independiente sin ser desleal.

¿Rajoy está sacando provecho de la detención de Rodrigo Rato?

Este es un asunto que tiene diversos ribetes. Si el presidente del Gobierno dice que no sabía nada de este asunto, yo no me lo creo. No me creo que el ministro del Interior se atreva a dar ese paso sin comentarlo con el presidente o con la vicepresidenta. Y el show me parece innecesario, y no defiendo al señor Rato. Para detener una persona y registrar su casa no hace falta montar un show. Si lo ha hecho así, lo racional es que hayan pensando en sacar una rentabilidad. Otra cosa es que lo consigan.

En este caso, ¿Pilatos ha entregado a Barrabás o a Jesucristo?

Hace 2000 años liberaron a Barrabás y así nos ha ido. Más allá del origen delictivo de la regularización fiscal que hizo el señor Rato, lo que me parece incomprensible y vergonzoso es que un ministro de Economía de este país esté en esas. No es el único que ha caído así. Pero me parece demencial, eso es lo que yo llamo deteriorar la calidad institucional hasta niveles que desmoralizan a la sociedad. A partir de ahí, ¿cómo le puede decir alguien a los demás que pague una factura con IVA?

¿Cuánto hace que no habla con Roberto López [sucesor de Gisbert al frente de la CAM y procesado por la quiebra de la caja]? ¿Ha pensado alguna vez cómo lo estará pasando?

Ufff, tengo que calcularlo. Probablemente, fue en la boda del hijo de un compañero, en el verano de 2008. Para mí no es agradable. He pensando en excompañeros que están en circunstancias muy particulares. He pensando más en excompañeros que como consecuencia de algunas cosas se han visto obligados a dejar su trabajo. Lo veo todo con una pena tremenda, a veces no me hago a la idea de que la CAM ha dejado de existir. Afortunadamente, yo aprendí a decir que no a tiempo a muchas cosas.

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