Alberto Fabra se desmarcó ayer por enésima vez de la herencia recibida. El presidente de la Generalitat renegó del anterior gobierno de Francisco Camps, admitió que dejó las arcas autonómicas al borde del abismo y lamentó que el grupo parlamentario del PP en las Cortes llegara a contar con más de una decena de imputados. Esta vez, sus críticas veladas hacia las decisiones del pasado no las hizo en un foro cualquiera. Llegaron ante la cúpula nacional del partido durante una convención en Madrid para presentar el programa autonómico popular para las elecciones de mayo.

Fabra no se mordió la lengua. «Me encontré una Comunidad con las cuentas en rojo, la economía en recesión, el paro desbocado y, lo que es peor, con un sentimiento de desesperanza entre la mayoría de los ciudadanos porque la sombra de la corrupción manchaba todo el trabajo realizado», proclamó el jefe del Consell ante la plana mayor del partido. El candidato del PP a la Presidencia de la Generalitat no mintió. Cuando asumió las riendas del Palau mediado 2011 -tras la dimisión de Camps por su procesamiento en la causa de los trajes de Gürtel, de la que finalmente fue absuelto-, Fabra se topó con una administración prácticamente en bancarrota. En 2012 el Ejecutivo estuvo a un paso del temido default. Pero la ayuda del Gobierno lo evitó. Los mecanismos extraordinarios que puso en marcha entonces el Ministerio de Hacienda, el plan de pago a proveedores y el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), insuflaron oxígeno al Consell y garantizaron los pagos. A cambio, la deuda de la Comunidad se disparó.

En paralelo, Fabra se vio obligado a adoptar medidas para apartar a los dirigentes implicados en casos de corrupción. Y fijó su línea roja. Los cargos del segundo escalón de la administración serían destituidos en el momento en el que la Justicia les imputara un delito, mientras que los diputados autonómicos, alcaldes y concejales iban a estar obligados a renunciar a su acta cuando se dictara juicio oral. Ayer, Fabra hizo mención a esa medida, aunque de pasada. «Me he encontrado un camino lleno de dificultades y algunos palos en las ruedas, pero no he dejado que nada ni nadie me apartara del camino emprendido y hoy puedo deciros que todo eso ha cambiado y que hemos resurgido de nuestras cenizas y recuperado las fuerzas y las ganas de luchar», proclamó.

Ahora, sin embargo, todo ello ha quedado atrás. Por lo menos, eso aseguró el candidato popular. «Hoy la Comunidad Valenciana lidera la recuperación de la economía y el empleo en España, somos la segunda comunidad que más ha crecido en estos cuatro años y la única gobernada por el PP que terminó 2014 con menos parados que cuando iniciamos la legislatura», agregó. Y concluyó: «Contamos con un partido que ha recuperado toda su fuerza para volver a ganarse la confianza de los ciudadanos, porque he demostrado que este partido puede aprender de sus errores».