El último pleno de las Cortes Valencianas de esta legislatura dejó ayer, en la segunda de las tres jornadas que tiene previsto durar, la despida de aquellos diputados que ya saben que no repetirán e incluso una declaración de amor: la de los socialistas Francisco Toledo a Delia Valero. El exrector de la Universitat Jaume I de Castellón aprovechó su última intervención en la Cámara autonómica para reconocer el «provecho personal» que ha sacado de su paso por las Cortes: la relación sentimental que mantiene con su compañera de grupo Delia Valero. «Confieso que lo he sacado y no lo he declarado porque no tiene precio, aunque tenga un valor incalculable», dijo Toledo, quien aclaró: «Me refiero a la experiencia y también a esa maravillosa persona que ocupa el escaño 88 -en referencia a su pareja, la también socialista Delia Valero y exalcaldesa de Les Useres (Castellón)-, que me ha apoyado y ayudado estos cuatro años, especialmente las últimas semanas. No necesito más».

La intervención de Toledo para defender una proposición de ley contra la deslocalización empresarial también dejó otro momento destacado cuando aludió a la batalla que, según la leyenda, el Cid ganó «después de muerto», para posteriormente señalar que él seguirá «muerto en estas Cortes», puesto que no repetirá en la próxima legislatura.

El pleno dejó también en la jornada de ayer la despedida de la socialista Cristina Moreno, quien dejará un escaño que ocupa desde 1999 y que intervino por última vez para defender la ley de colaboración institucional de las organizaciones sindicales y empresariales representativas.