Un (previsible) camino de ida y vuelta. Después de tres legislaturas y media en el Ayuntamiento con Díaz Alperi -votó en esa etapa a favor del plan Rabasa- y Castedo, Asunción Sánchez Zaplana (Alicante, 1965) aceptó hace poco más de dos años el envite de Alberto Fabra para dar el salto a la política autonómicapolítica autonómica. Y no a una plaza nada cómoda. Le encomendó poner «paz» entre los colectivos sociales, donde el copago y los retrasos con los dependientes se han convertido, pese al carácter dialogante con el salió de Alicante, en su principal «borrón» en política. Llegó a Bienestar Social para aplacar los ánimos y deja hoy la casa con un ambiente aún más enrarecido, si cabe.
Sánchez Zaplana marchó a la Generalitat sabedora de que su época fuera de su Alicante natal podía tener fecha de caducidad. En concreto, la actual, el primer trimestre de 2015. Y es que la ahora candidata del PP a la Alcaldía de Alicante siempre estuvo en las quinielas para tomar el relevo de Sonia Castedo, una amiga venida a menos en los últimos tiempos.
Casada con Ginés Lifante -ahora asesor en la Diputación- y sin hijos, Sánchez Zaplana es licenciada en Ciencias Químicas, habitual del transporte público en su ciudad, exdirigente del Movimiento Scout y próxima a causas sociales. De hecho, varios niños saharauis han vivido etapas bajo su techo. Por todo eso, sus amigos destacan su sensibilidad y su carácter familiar. Así es «Suni», la elegida por el PP.
