El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, como adelantó este periódico hace tres semanas, será ratificado hoy mismo en Madrid como aspirante a un segundo mandato en el Consell después de una larga espera -la designación del aspirante a la Generalitat arrastra más de un mes de retraso en relación al proceso de 2011- y de que, incluso, su continuidad haya estado en el alero. Mariano Rajoy, como se recordará, barajó el relevo del jefe del Consell ante la incertidumbre que reflejan las encuestas sobre el futuro electoral del PP en la Comunidad. Será la primera vez que encabece la lista toda vez que llegó al Palau de la Generalitat tras la dimisión de Francisco Camps en el verano de 2011. A media tarde y antes incluso de que se reuniera el comité electoral regional para elevar la propuesta a Madrid, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, telefoneó a Fabra para confirmarle la noticia aunque, en primera instancia, no contestó a la llamada. Estaba en un acto. «Yo pendiente y resulta que no le atendí», bromeó Fabra antes de una aparición pública junto a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, una de las más críticas con la candidatura del jefe del Consell pero que, a partir de ahora, tendrá que centrarse en una campaña decisiva para el PP, que se juega por vez primera en veinte años el control de la Generalitat y también las alcaldías en decenas de municipios.

El acuerdo junto a las candidaturas locales de Rita Barberá en Valencia, Alfonso Bataller en Castellón y Asunción Sánchez Zaplana en Alicante -un éxito de Císcar que, sin embargo, tendra que ver a Fabra como candidato al Consell pese a que esa opción no era la que más le agradaba- incluye que la citada Barberá escolte, como es tradición, al aspirante a la Generalitat, en este caso el propio Fabra, como número dos; que Isabel Bonig, coordinadora regional del PP y una de las dirigentes con más cartel a día de hoy en Génova, encabece por Castellón; y que, finalmente, José Císcar lidere la lista a las Cortes por Alicante, algo lógico en tanto que es el actual vicepresidente del Ejecutivo autonómico. Con ello, el también «jefe» del PP de Alicante cumple con la primera parte de su plan que pasa por compaginar la lista municipal con el horizonte de la Diputación y, a la vez, la candidatura autonómica.

«Estaba en modo espera y ya estoy en modo candidato», explicó Fabra, que dijo estar, además, «tranquilo y contento como siempre». «Cada vez están más cerca las fechas electorales, siempre hay más nervios y está la necesidad de que las cosas queden claras. Lo importante es seguir trabajando. Hemos hecho muchas cosas en tiempos muy difíciles», se reivindicó. Con esta decisión, la elección de los alcaldables -muy nerviosos por el retraso- se desbloquea y se empezará a abordar a partir de la próxima semana.