Al presidente del Sabadell, Josep Oliu, no le gusta que le sigan preguntando por la CAM ni por los muchos problemas con que llegó. Después de casi tres años controlando el negocio de la antigua caja alicantina, el ejecutivo da por superadas las dificultades y no quiere que se siga tratando como una entidad diferente, como un añadido al banco que preside. Por eso, ayer, en la presentación de resultados del grupo, no dudó en dar por cerrada la etapa de integración con una de sus frases lapidarias: «La CAM ya no existe y, además, hemos perdido la memoria», aseguró en referencia a su deseo de olvidar todo lo que se hizo mal en la ya extinta Caja Mediterráneo.
Por eso, por ejemplo, se negó a desglosar qué parte de los 371,7 millones de beneficios que obtuvo el banco el año pasado -un 50% más que en 2013- proceden de la dirección que aglutina a los antiguos territorios naturales de la caja alicantina -Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares- y señaló que se trata de un cálculo imposible porque ya forman «parte integral» del balance del grupo.
No obstante, la entidad sí facilitó algunos datos sobre la evolución del negocio en esta dirección territorial, que vienen a confirmar el vuelco que ha dado la situación en las oficinas, donde a pesar de las palabras de Oliu, seguirá figurando la marca SabadellCAM. De esta forma, durante 2014 el banco logró captar en esta zona cerca de 95.000 nuevos clientes -unos 35.000 en Alicante- y concedió hasta 1.504 millones de euros en nuevos créditos -458 en la provincia-, un 36,4% más que en el ejercicio anterior.
En esta misma línea, el consejero delegado, Jaume Guardiola, anunció que ya se ha cerrado «el 'gap' de calidad» que los clientes percibían entre las oficinas procedentes del Sabadell y las que pertenecían a la extinta caja alicantina, un recorte de distancias que también se ha producido en la rentabilidad de las sucursales.
Resultados nacionales
En cualquier caso, los buenos resultados de la territorial van en consonancia con los que presentó el grupo en su conjunto, que logró elevar un 50% sus beneficios, hasta los 371 millones. El negocio de la entidad se benefició de la mejora de la situación económica, que favoreció una mayor demanda crediticia y permitió incrementar un 24,5% el margen de interés -es decir, el dinero que el banco gana prestando dinero- hasta los 2.259,7 millones de euros. Una mayor rentabilidad que también se vio beneficiada por el hecho de que el coste al que la entidad consigue el dinero se redujo más rápidamente que los intereses que cobra a sus clientes.
También aumentaron un 13,3% las comisiones, que aportaron 860,9 millones, debido en parte al trasvase de dinero desde los depósitos plazo, en los que no se suele cobrar nada al cliente, hasta los fondos de interés. Además, el banco se anotó hasta 236,9 millones en plusvalías por la venta de su unidad de recobros de deudas a Lindorf y la venta de una cartera de reaseguros, según especificó Oliu. Igualmente, el Sabadell elevó las ganancias que obtiene con la compraventa de deuda pública, que aportaron otros 1.863,2 millones de euros, un 20,4% más.
Fueron estos ingresos extraordinarios gracias al denominado «carey trade» los que permitieron a la entidad destinar casi 2.500 millones de euros a provisiones, de las que unos 800 millones fueron a cubrir la devaluación que sufrieron los inmuebles que el banco tiene en cartera, según la explicación que dio el consejero delegado.
Guardiola se mostró especialmente satisfecho por la bajada de la morosidad, tras varios años de subidas ininterrumpidas, que atribuyó a la mejora económica. Así, el volumen de activos de dudoso cobro del banco se redujo en 1.829 millones y la tasa de morosidad bajó casi un punto y medio hasta el 12,17%.
El ejecutivo del Sabadell también señaló que la entidad tiene previsto seguir ajustando su red y que este ejercicio podría cerrar alrededor de un centenar de oficinas.
Sin cobrar de la EPA
Por su parte, el director general financiero del banco, Tomás Varela, confirmó que todavía no se ha recibido ningún pago del Fondo de Garantía de Depósitos relativo al Esquema de Protección de Activos (EPA) que se le concedió a la entidad para ayudarle a digerir el ladrillo de la CAM. Esto se debe a que todavía no se han agotado completamente los 3.800 millones de provisiones que tenía constituidos la CAM y que suponen el primer tramo de la EPA.
Del negocio inmobiliario, Jaume Guardiola destacó la transformación de su filial Solvia, cuya sede social se ha trasladado a Alicante, en una empresa independiente para ofrecer servicios a terceros y que, recientemente, se ha adjudicado la gestión de más de 42.000 activos de la Sareb. El año pasado, Solvia vendió 15.920 casas por valor de 2.744 millones. De ellas, 4.794 estaban ubicadas en la Comunidad, y 2.453 en Alicante.
