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Ángel de la Fuente Moreno. Director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea)

«Las quejas de la Comunidad Valenciana por la financiación tienen sentido; las de Cataluña, no»

Nacido en Asturias (1962), aunque formado en Estados Unidos, el economista Ángel de la Fuente se ha convertido en uno de los expertos de confianza del Gobierno de Rajoy

Ha visitado Alicante para debatir sobre el sistema de financiación autonómica, uno de los temas sobre los que pivota ahora la actualidad política. ¿Dejará algún día de ser cuestión central?

No soy muy optimista. Es un tema muy sensible en el que todo el mundo siempre pide más.

¿Qué hay de cierto en las quejas de algunas autonomías?

Algunas protestas tienen base y otras no. Por ejemplo, las quejas de la Comunidad Valenciana tienen sentido, ya que es la autonomía peor financiada. También hay otras comunidades que están por debajo de la media, pero luego hay otras que se quejan sin razón. Entre ellas están Cataluña y Madrid, que no deberían hacerlo porque están prácticamente en la media.

¿Quiénes son los responsables de haber llegado a esta situación?

Aquellos que tenían que haber revisado el sistema para que fuese equitativo. La culpa está repartida. En estos últimos años ha habido muchos cambios de sistema y tanto el Gobierno central como los gobiernos autonómicos comparten la responsabilidad.

¿Ve soluciones a corto plazo?

Aquí soluciones a corto plazo no existen. El FLA es lo más parecido, ya que te va dando liquidez para que puedas ir tirando, pero no es una mejora de la financiación. La solución sería una reforma sensata, pero no parece que se vaya a intentar en esta legislatura. La reforma se podía haber hecho porque el Gobierno tiene mayoría absoluta y además el PP controla la mayor parte de las comunidades. En la siguiente legislatura será aún más difícil porque no se prevé una mayoría absoluta y tendremos un mayor reparto de poder autonómico.

La publicación de las balanzas fiscales ha dado razones a algunos y quitado a otros. ¿Por qué todavía no se había mostrado?

Ya era hora de que se publicara regularmente, el Gobierno español tradicionalmente se ha resistido a hacerlo. Una vez el debate sobre el reparto de la tarta se ha abierto, lo mejor es sacar los datos y explicarlo todo. En caso contrario es muy fácil sembrar sospechas y fabricar agravios.

¿Debe reclamar la Comunidad Valenciana su deuda histórica?

Yo sería partidario de enterrar las deudas históricas o nunca zanjaremos este debate. Aquí todo el mundo pide su deuda y algunas son de coña marinera. Es cierto que la Comunidad Valenciana ha estado históricamente mal financiada, pero tampoco es una diferencia enorme respecto a la media nacional. Aquí, en cambio, se ha gastado mucho dinero en proyectos que no tenían demasiado sentido.

¿Piensa que hay políticos autonómicos que se sirven de la infravaloración para ocultar problemas en su gestión política?

Hay una tentación permanente de las comunidades autónomas de echarle las culpas al Estado.

Un reciente informe de expertos concluía que debería existir un reparto suficiente para que los servicios básicos se asegurasen por igual en todas las comunidades. ¿Cómo ve esta fórmula?

El presupuesto no se debe dividir en compartimentos. Todos deben tener una financiación que permita prestar unos servicios parecidos, pero esto de distinguir entre servicios básicos y no básicos no me acaba de convencer. Al final va todo a la misma bolsa y desde ella se pagan todos los servicios.

¿Qué le parece que reiteradamente Alberto Fabra haya dicho que se planta ante Montoro y que no piensa hacer más recortes?

Es una actitud muy extendida entre presidentes pero no sé hasta qué punto es defendible. En este caso hay motivos fundados de queja, ya que es la comunidad peor financiada, con un 7% por debajo de la media. Esa cifra se nota, pero tampoco es un 50%. Se debería arreglar la situación, pero mientras tanto no se puede decir que es una cantidad insoportable.

Ahora que el debate independentista está en su máximo apogeo, líderes catalanes apuestan más si cabe por el «España nos roba». ¿Comparte ese mensaje?

En absoluto, es simple propaganda sin base alguna. En Madrid también se están empezando a escuchar voces que dicen lo mismo. Y oír desde Madrid que «España nos roba» chirría todavía más. Hay una actitud muy victimista desde todos los frentes. Cuando todo el mudo se siente maltratado a la vez, da que pensar.

Desde una visión económica, ¿cómo vería la independencia? ¿Qué consecuencias se darían?

Perderían los dos, aunque más Cataluña por ser la parte más pequeña. La idea independentista de que a una Cataluña independiente le iría mucho mejor resulta un tanto sorprendente. Algunos están convencidos de ser mucho más listos que el resto de los españoles, pero esto es difícil de defender tras 500 años de mezcla. Además, luego está la experiencia reciente, ya que tenemos la misma corrupción y una administración pública con todos los vicios de la española.

Hablando de cuestiones más próximas a la gente, ¿es optimista con el problema que más preocupa a los españoles: el paro?

Muy cautamente, pero algo sí. La economía española parece que está empezando a recuperarse y a crear empleo, pero hay un peligro, la economía europea está en una situación complicada. Y si nuestros principales socios vuelven a caer en la recesión, es fácil que vayamos detrás. Si esos nubarrones exteriores se despejaran, creo que la situación en España está razonablemente bien encaminada. Sin grandes alegrías, pero parece que estamos sacando al cabeza del pozo.

¿Y qué opinión le merece que en torno al 35% de los trabajadores cobren menos de 650 euros?

Los sueldos han sufrido un retroceso, pero la primera prioridad debe ser tener empleo, aunque sea cobrando poco. Sería bonito que a todos nos pagasen mucho, pero hay que ganárselo.

¿Cree que es momento de bajar impuestos pese al déficit histórico que arrastra España?

Nos podemos permitir una bajada modesta para volver a la situación previa a la crisis. Eso no quiere decir que nos sobre el dinero y podamos bajarlos mucho más.

La hucha de las pensiones cada vez pesa menos, ¿le preocupa?

Esa herramienta existe para situaciones como la actual de crisis, para pagar pensiones sin tener que subir impuestos. Pero a largo plazo tenemos un problema demográfico importante que exigirá reducir la generosidad de las pensiones públicas, no en términos absolutos pero sí relativos. Es decir, las pensiones seguirán subiendo en términos absolutos, pero caerán en comparación con el último sueldo.

Y para cerrar, un elemento reciente del debate político. ¿Qué opina de la renta básica que Podemos ha puesto sobre la mesa?

La renta básica universal es un disparate: no salen las cuentas y podría generar unos incentivos malísimos, sería regalar dinero por no hacer nada. En cambio, la renta mínima de inserción es algo que merece la pena estudiar. Ya existe en algunas comunidades pero tendría sentido que fuese un programa estatal para que sea igual en todas partes, como el paro.

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