El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, tiene un grave problema con la situación de la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y también a raíz de su enfrentamiento con la primera edil de Valencia, Rita Barberá. Pero, a lo largo de los últimos días, se le ha generado otro conflicto con los segundos de a bordo de las regidoras: el valenciano Alfonso Grau, imputado en el caso Nóos por los negocios de Urdangarin en la Comunidad; y ahora con el vicealcalde de Alicante, Andrés Llorens. Ambos están encausados y ambos también se han revuelto contra las tesis de Fabra. La posición de Grau y ahora igualmente la de Llorens, de alguna manera, verbaliza la posición de un sector del PP que considera necesario bajar la guardia con las imputaciones y tomar medidas claras en el momento que se acabe decretando la apertura de juicio oral. Y nunca antes. P. r. f.