La deuda financiera de la Generalitat Valenciana se ha incrementado ni más ni menos que en 12.509 millones de euros desde que Alberto Fabra llegó al Palau en julio de 2011. Sin embargo, lejos de mejorar, la situación empeora por momentos. Las cifras hablan por sí solas: el endeudamiento se incrementa cada hora en 482.000 euros, en 11,6 millones al día, en 347 millones al mes. Y así lo denunció ayer el diputado socialista Rafael Rubio, que se mostró crítico, muy crítico, con los presupuestos que ha presentado el equipo de Fabra. Farsa, gran mentira o inviables son sólo algunos de los calificativos que utilizó Rubio a la hora de describir las cuentas autonómicas para 2015, y lo hizo después de que el vicepresidente de la Generalitat, y conseller de Presidencia, Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua, José Císcar, abriera las comparecencias del Ejecutivo valenciano en la Comisión de Economía para explicar el presupuesto de todos y cada uno de los departamentos en 2015. Rubio incluso lamentó que, en los seis meses que quedan hasta las elecciones, Fabra tenga previsto gastar 4,7 millones de euros en «imagen y propaganda».
Lógicamente, Císcar definió las cuentas utilizando términos totalmente opuestos a los de Rubio, y tachándolos de realistas y realizables. Sin más. De hecho, mantuvo en todo momento que los ingresos extraordinarios de más de mil millones de euros que recogen las cuentas y que procederían del Fondo de Competitividad son una realidad, e incluso abrió la puerta a que, al final, el Gobierno central pueda mandar algo más. Y todo eso pese a que los Presupuestos Generales del Estado no tienen contabilizada esta cantidad y, en teoría, no llegará ni un euro hasta 2017. «A veces se presupuesta por debajo de la previsión para ir sobre seguro», vino a decir, descartando que ese apunte en el capítulo de ingresos sea más una forma de presionar a Madrid que una realidad.
Por lo que respecta al área de Agricultura, Císcar incidió en que el presupuesto crece un 5,4%, hasta los 218,74 millones de euros, registrándose así, según subrayó, el primer incremento desde 2008. No hizo la misma lectura la oposición, y el PSPV denunció el escaso peso que tiene este departamento, cuantitativamente hablando, con un 1,7% sobre el total, así como la «copia» de inversiones ya previstas para 2014. Las cifras suben hasta los 255,7 millones, si se incluye también el área de Presidencia, con un 3,7% más que este año en conjunto.
El vicepresidente, además, dejó claro que, al menos por ahora, el Consell no tiene intención de retirar los privilegios de los que disfrutan los expresidentes de la Generalitat, y que permiten, entre otras cuestiones, que puedan tener escolta, chófer o asesores. Y eso pese a que la Fiscalía reclama para José Luis Olivas tres años de cárcel por un supuesto delito contra la Hacienda Pública y falsedad documental. Sólo si hubiera una sanción penal, se lo plantearían, y así explicó José Císcar.
Fue el conseller de Economía, Industria, Turismo y Empleo, Máximo Buch, quien tomó el relevo al vicepresidente en la ronda de comparecencias. Una comparencia esta en la que Buch trató de vender por activa y por pasiva que el empleo es la prioridad. Para ello, sostuvo que el presupuesto consolidado de su departamento se ha incrementado en un 10%, que llegará a los 579,34 millones, incluyendo ahí los entes dependientes de su área, como el Ivace, el Servef, Invassat o la Agencia Valenciana de Turismo. De ese total, 258,43 millones irán al Servef para poder impulsar el programa Estrategia Emplea, y, concretamente, 39,4 millones para la Garantía Juvenil, 39,1 millones para el plan de inserción para desempleados de larga duración, o 52,5 millones para el programa de FP. La oposición tampoco aquí coincidió, y la portavoz de EU, Marga Sanz, consideró que son unas cuentas que «parten de un análisis triunfalista de pura propaganda».
La encargada de cerrar la ronda de comparecencias del día fue la consellera de Educación, Cultura y Deporte, María José Catalá, quien sacó pecho de los 4.098 millones de euros que le tocan a su departamento, lo que representa el 23,8% del total del presupuesto. Catalá, de hecho, también tiró de calculadora y defendió que el Consell destina 27,2 millones de euros cada jornada lectiva a su área ó 11,2 millones de euros diarios. Incluso alegó que la enseñanza pública recibirá cuatro veces más -hasta 2.605 millones- que la concertada, con 670 millones; que el objetivo principal es reducir el fracaso escolar, y que en 2015 se licitarán 26 nuevos centros educativos. Para la oposición, sin embargo, estos números no hacen más que consolidar los recortes. Las comparecencias seguirán hoy.
