Los pagos por comidas y cenas son interminables en Urbanismo durante los años 2009, 2010 y 2011 con el expresidente Juan Cotino como máximo responsable. Ninguna de las facturas se ajustan a los 20 euros que Fabra ha impuesto en su mandato, y evidencian también que los comensales no tenían miramiento alguno. Como muestra, un botón. El 13 de abril de 2010, en un restaurante del Paseo de la Alameda, una reunión de trabajo de cinco personas costó 252 euros. Se pidió, entre otras cosas, un entrecot que costó 60 euros. La entonces subsecretaria, Cristina Serrano, hoy asesora en Gandía, validó el gasto. A nombre de Serrano -que llegó a pasar pinzas del pelo a razón de 1,05 euros- figuran también otras comidas en las que no faltaba el marisco: gamba rallada a 34 euros, quisquillas por 30 e incluso una copa de güisqui Glenrothes 12 años por 12 euros para rematar. En total, esta comida de trabajo del 20 de mayo de 2010 para tres personas costó al erario público 213 euros.

También era asiduo el dimitido Juan Cotino. Junto a los ya aireados gastos relacionados con su papel de promotor de la visita del Papa con mariscada incluida), por caja fija su entonces director de gabinete validó otros gastos de comidas en el que el marisco fue el protagonista. El 1 de julio de 2010, una comida en le Grao de Gandia le costó 131 euros. También fue común en aquellos años, según la documentación ,servir comidas y bebidas en la conselleria en concepto de reuniones de trabajo, almuerzos que, como el que tuvo lugar el 27 de febrero de 2010 costó 1.086 euros. Otras facturas reflejan compras de delicatessen o bolleria fina para la conselleria, catering «con motivo de reuniones de trabajo» por diferente importes y hasta un café a cargo de la exsecretaria autonómica, Maria Angeles Ureña, por 3,20 euros se pasó por la caja fija. En la previa del debate de Política General de 2010, Presidencia pagó más de 1.300 euros en fiambres y cruasanes para que los funcionarios prepararan la intervención de Francisco Camps.