La convención provincial que el PP inició ayer en Benidorm contó con la plana mayor del partido... a excepción de la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo. La primer edil, doblemente imputada por amañar supuestamente el Plan General de la ciudad para beneficiar al constructor Enrique Ortiz y por mediar para que Ikea se instalara en terrenos del empresario, no asistió al cónclave. No confirmó previamente su asistencia y ayer tampoco hizo acto de presencia. Castedo, de esta forma, evitó vivir en primera persona la aprobación de varias propuestas que le cierran de par en par las puertas para repetir como alcaldable por el PP en 2015.
La primera edil alicantina no fue la única dirigente con problemas judiciales que no pisó ayer la convención de Benidorm. Su vicealcalde, Andrés Llorens, procesado por adjudicar una plaza meses después de su inauguración, tampoco lo hizo.
Mónica Lorente, procesada esta misma semana en Brugal por el contrato de las basuras de Orihuela, también causó baja. La ex alcaldesa oriolana y actual diputada provincial, sin embargo, sí tuvo su pequeña parte de protagonismo. Minutos antes de que comenzara la convención, la coordinadora general del PP en la Comunidad, Isabel Bonig, valoró la nueva situación judicial de Lorente y le abrió la puerta de salida. «Evidentemente, nosotros hemos dejado muy clara cuál es la línea, y seguimos en la aplicación de esa línea», zanjó, al ser cuestionada por si es partidaria de que la ex alcaldesa de Orihuela renuncie a todos sus cargos.
Lorente ya ha rebasado esa línea roja contra la corrupción que fijó el presidente regional (marcada en el procesamiento), pero tanto la presidenta de la Diputación, Luisa Pastor, como la ejecutiva provincial de Alicante han decidido esperar por ahora. «Nosotros ya hemos establecido muy claro cuál es nuestra línea», repitió Bonig al ser cuestionada por esta decisión de ambos.
