La oposición habla de desgobierno y fin de ciclo en la Generalitat y ayer varios diputados del PP y consellers contribuyeron a alimentar esa imagen. Y es que los populares necesitaron en el pleno dos votaciones para elegir a Alejandro Font de Mora, hasta ayer vicepresidente primero, como nuevo presidente de las Cortes en sustitución de Juan Cotino. El PP cuenta con una holgada mayoría de 55 parlamentarios pero las ausencias comportaron que Font de Mora solo obtuviera 48, por debajo de la mayoría absoluta requerida. Esta circunstancia, que nunca había pasado, llevó a repetir la votación, tras esperar diez minutos a que se trajeran nuevas papeletas, que tampoco estaban preparadas. Las caras de circunstancia del presidente Fabra y de la dirección del grupo eran elocuentes. A la segunda, Font de Mora repitió los 48 sufragios y resultó elegido por mayoría simple. «Qué ridículo», confesaba después apesadumbrado un dirigente. «Parece que lo mío es salir por segundas», ironizó Font de Mora antes de su discurso, en el que también aludió a «truculencias» como la de la votación.

En el PP se confiaba en sumar 52 votos, ya que estaban excusados el vicepresidente José Císcar (que tenía una cita en Madrid) y Andrés Ballester, además de la vacante de Juan Cotino. A primera hora, Miguel Zaragoza se descolgó por un ataque de ciática, la exconsellera Maritina Hernández llamó desde Canet a las 9 para decir que el coche no le arrancaba y Marcos Zaragoza alegó un atasco. Además, el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, en el médico, según unos, atendiendo a dos autobuses de Xàtiva, según otros, no se presentó. La vicesíndica Marisol Linares, encargada del control de las asistencias, no lo previó ni reaccionó. Tampoco asistieron dos consellers, si bien no tienen voto, Llombart (Sanidad) y Sánchez Zaplana (Bienestar Social).

La dirección atribuía lo ocurrido a las «desgracias» mientras otros apuntaban a supuestas desavenencias de Hernández con Font de Mora o por los cambios en el grupo (el ascenso de Alfredo Castelló). Pero la falta de previsión llevó al síndic, Jorge Bellver, a reprender a Linares. Para colmo, la llegada de los rezagados Hernández y Zaragoza supuso que en la votación posterior de Rafael Maluenda como vicepresidente primero éste recabara 50 votos. No todos los días se elige al presidente de las Cortes y en la tribuna se encontraban numerosas autoridades, entre ellas, el presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner, el empresario Vicente Boluda o el poeta Guillermo Carnero.