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Las ausencias agrían a Fabra el último 9 d'Octubre de la legislatura

La Casa Real, la familia de Adolfo Suárez y dos escritores «plantan» al jefe del Consell en el acto institucional en el Palau - El presidente de la Generalitat admite su temor al tripartito

Marga Sanz SERGIO FERRÁNDEZ

El último acto institucional del 9 d'Octubre de la legislatura estuvo ayer marcado por destacadas ausencias. Al Palau no acudió nadie de la Casa Real, ni la familia de Adolfo Suárez, ni el escritor castellonense Manuel Vicent, ni la autora valenciana Laura Gallego. Y eso, que los cuatro debían recibir ayer una distinción de la Generalitat. Los motivos de los «plantones» fueron varios. El jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, remitió una carta al Consell en la que destaca el «sincero agradecimiento» de Felipe VI por la Alta Distinción que le ha concedido el Ejecutivo de Alberto Fabra y traslada «los mejores deseos para este día y un afectuoso saludo a todos los valencianos». En ella no aduce, sin embargo, el porqué de la baja de ayer. Pese a que la familia real no recogió el galardón, fuentes de la Generalitat señalaron que se intentará pactar una fecha para concéderselo al monarca en persona.

Otra Alta Distinción del Consell fue, a título póstumo, para el ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez. Su hijo, sin embargo, declinó la invitación y tampoco acudió a Valencia. «No me hubiera perdido el acto por nada del mundo de haber podido acompañar a mi padre», trasladó a Fabra por carta. Ese reconocimiento, como el de Felipe VI, se quedó sin entregar y la Generalitat será la encargada de remitírselo ahora a la familia.

Tampoco pisaron ayer el Palau los dos premiados en la categoría de letras. Manuel Vicent justificó su ausencia porque se encuentra en Buenos Aires para ser investido honoris causa por la Universidad de La Plata; mientras que Laura Gallego alegó problemas de agenda porque estos días está celebrando los diez años de su serie «Memorias de Idhún». La distinción del primero la recogió su hermano, mientras que la de la segunda fue a parar a su madre.

No fueron las únicas bajas. No estuvieron tampoco los dirigentes de Compromís y EU... ni el ex presidente de la Generalitat Francisco Camps, que rompió la tradición y no acudió al acto institucional. Sí estuvieron, por el contrario, los ex jefes del Consell Joan Lerma, Eduardo Zaplana y José Luis Olivas. Y, lógicamente, el actual inquilino del Palau, Alberto Fabra.

Durante su intervención, el presidente apenas se salió del guion previsto. No alzó la voz contra la discriminación del Gobierno, se limitó a loar a los galardonados, no aportó ni una sola propuesta para encauzar la salida de la crisis y defendió las señas de identidad valencianas. Justo, como el pasado año. Su último discurso de legislatura en el Día de la Comunidad fue puramente institucional... salvo en pequeños matices. Tras realizar un recorrido por la historia de la autonomía y elogiar las figuras de Felipe VI y Adolfo Suárez, Fabra sí sacó, aunque de refilón, la vena política. Lo hizo, en primer lugar para alertar de los riesgos de que a partir de mayo del próximo año un tripartito de izquierdas asuma el timón de la Generalitat. «Creo sinceramente que este año es el primer ejercicio en el que se inicia la recuperación económica, pero también creo que para que esta recuperación se pueda confirmar y consolidar, se requiere estabilidad política. Una estabilidad que nos la proporciona nuestro actual modelo de convivencia, sin potenciar ni apoyar aventuras arriesgadas que no sabemos hacia dónde conducen», aseguró. A partir de ahí, Fabra ya no se refirió ni una sola vez más a las opciones de futuro de la oposición.

Sí que exigió, como ha venido haciendo desde que sustituyó a Francisco Camps al frente de la Generalitat, «honestidad» a la clase política. Esas palabras del presidente llegan en plena tormenta judicial para la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo. La primera edil, imputada en las causas del Plan General y el Plan Rabasa por beneficiar supuestamente al constructor Enrique Ortiz, fue otra de las que no acudieron ayer al Palau. Es cierto que el pasado año, encausada entonces solo en la primera de las dos piezas, tampoco lo hizo, aunque la justificación fue distinta. En 2013 Castedo estaba embarazada de su segunda hija y los médicos le recomendaron reposo. Ayer, sin embargo, no tenía ningún acto programado en su agenda, tal y como confirmaron fuentes de su equipo. Simplemente, decidió no ir y delegó esa responsabilidad en su vicealcalde, Andrés Llorens. Fabra hizo exactamente lo mismo hace unos días, cuando declinó acudir a Alicante al acto de apertura de la Volvo Ocean Race y evitar así la foto con la alcaldesa.

Pues bien, en su discurso de ayer, el presidente volvió a reclamar ejemplaridad a los políticos. Pero lo hizo, generalizando. «Vivimos nuevos tiempos, que también requieren nuevas formas de hacer política. Hemos pasado una crisis muy profunda que ha supuesto también un cambio de las instituciones de gobierno: han cambiado las prioridades, las necesidades y las posibilidades de la Administración. Los políticos debemos adaptarnos a la nueva situación para no alejarnos del sentimiento social. Es fundamental volver a recuperar la confianza de los ciudadanos, tanto en la política como en los políticos (...) Palabras como transparencia, honestidad, ejemplaridad, dedicación o diálogo deben acuñarse en términos políticos. Solo así podremos revitalizar el sistema democrático», zanjó.

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