El vicepresidente primero de las Cortes y exconseller, Alejandro Font de Mora, verá cumplido su sueño de convertirse en presidente de la Cámara. Font de Mora, eterno aspirante a este puesto, relevará a Cotino Cotinocuando éste formalice su dimisión, un hecho que se producirá en breve. Font de Mora era el sustituto natural de Cotino, si bien algunas voces dentro del partido apuntaban que el hecho de ser de Castellón era un inconveniente por el equilibrio territorial, algo que tradicionalmente el PP ha cuidado en los nombramientos. Sin embargo, fuentes de toda solvencia confirmaron a este diario que Fabra aplicará el sentido común y optará por dejar las riendas de las Cortes a Font de Mora, un hombre que conoce perfectamente la dinámica parlamentaria y en el que ya confió la dirección de la campaña de las europeas. Font de Mora, que no ha estado salpicado por ninguno de los escándalos de corrupción que acechan al PP, tiene el reto de reconducir unas sesiones parlamentarias que se han convertido en un suplicio para los populares. Quien todo apunta también verá cumplido su aspiración de regresar a la Mesa es Rafael Maluenda, viceportavoz del grupo. Maluenda se jubila esta legislatura, con lo que tras 33 años con escaño pondría un broche de oro a su trayectoria política. El ascenso de Maluenda obligaría a Fabra a hacer una pequeña remodelación en la dirección del grupo, donde está como viceportavoz Marisol Linares, caída en desgracia.
Con todo, los cambios no se comunicarán hasta que Cotino renuncie al acta. Hoy miércoles el todavía presidente de las Cortes ha pedido la palabra para despedirse de sus compañeros en el comité ejecutivo regional. Ayer Cotino habló de una renuncia que la oposición vincula a los múltiples escándalos que le han salpicado y que recorren desde Gürtel, Brugal, Emarsa y las adjudicaciones en su etapa al frente de Bienestar Social hasta su gestión del accidente de metro.
Preguntado en los pasillos de las Cortes, Cotino indicó que antes de su jubilación se dedicará profesionalmente al cultivo del caqui, porque, consideró, será bueno «psicológicamente» para él tras cuatro décadas dedicadas a la política. Respecto a la fecha en la que oficializará su marcha, se limitó a señalar: «Me iré el día y la hora que toque. No es hoy ni mañana, será en breve; una semana, dos». El exdirector general de la Policía reconoció que estar implicado en causas judiciales (como las de Gürtel, Vaersa o Emarsa), aunque no esté imputado en ninguna de ellas, y que le digan «falsedades» «no gusta nadie».
Hecha pública ya su marcha, el mayor respaldo desde dentro de su partido le vino de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que defendió su «permanente entrega» en todas las labores que se le han encomendado. «Juan Cotino es una persona buenísima, a la que conozco hace muchísimos años», indicó Barberá. Por su parte, la portavoz, María José Catalá, valoró «el trabajo y el servicio» que ha prestado y el vicepresidente José Císcar aseguró que irse es un gesto que le honra.
La oposición, por contra, bramó ante el hecho de que Cotino elija el día de su marcha e indicó que debería haberse ido hace tiempo. Antonio Torres (PSPV) mantuvo que Cotino dimite ante la presión mediática y las evidencias» de que benefició a su familia; Mónica Otra se alegró de que «un personaje siniestro se vaya de la política»; y Esther López (EU) le instó a no aguantar ni un segundo más manchando la dignidad de les Cortes.
