Una vez que Cotino formalice su renuncia, el PP tendrá que abordar la cuestión del relevo en las Cortes. Se trata de una sustitución de transición. Sólo sería para unos meses. La opción que en las filas populares ganaba ayer más enteros, sin duda, era la de que el actual vicepresidente primero del hemiciclo, Alejandro Font de Mora, promocione y pase al puesto más importante de la Cámara. Es un eterno aspirante a ese sillón y, por tanto, supondría dar una salida a un dirigente que, sin ir más lejos, se comió el «marrón» de coordinar la última campaña para las elecciones europeas en la Comunidad a sabiendas de que el PP, como así ocurrió, se asomaba al vacío de un descenso electoral descomunal. El nombre de Font de Mora era el que ayer sonaba con más fuerza entre notables populares. La salida de Cotino obligará además a tener que subir a un diputado de la bancada popular a la Mesa de las Cortes. Y la opción que está sobre el tapete es la del parlamentario Rafael Maluenda, uno de los que lleva todas las legislaturas autonómicas sentado en el hemiciclo. Podría ocupar la vicepresidencía que dejaría vacante Font de Mora o, incluso en el supuesto de que Fabra barajara otra alternativa al copar los dos principales puestos de la Comunidad dos políticos de Castellón, llegar a la presidencia. La salida de Maluenda como viceportavoz del PP, además, podría servir para promocionar a Rubén Ibáñez en los escaños populares. Al grupo parlamentario, además, tendría que llegar un nuevo diputado. El puesto le toca a Felipe del Baño, fuera ya de la primera línea, así que el siguiente aspirante sería Santiago Arévalo, ahora imputado por prevaricación por su gestión en la alcaldía de Enguera.
