Plante de Alberto Fabra a Sonia Castedo en el primer acto de la Volvo Ocean Race en Alicante. Apenas unas horas después del tenso pleno pleno que se vivió en el consistorio alicantino con la doble imputación judicial de la alcaldesa como transfondo y a las puertas de la manifestación convocada el sábado para exigir su dimisión, el presidente de la Generalitat ha decidido «borrarse» de la inauguración del Race Village, acto de apertura de un recinto de ocio de más de 40.000 metros cuadrados con el que hoy arranca oficialmente esta nueva edición de la vuelta al mundo a vela.

En relación con la ausencia del presidente de la Generalitat en la tarde de este jueves en la inauguración del Race Village de la Volvo Ocean Race, Castedo ha dicho esta mañana que si no asiste es "porque su agenda no se lo permite".

El titular del Consell quiere evitarse una foto con Castedo -doblemente imputada en otros tantos sumarios por supuesta corrupción urbanística- a sabiendas de que, en estos momentos, daría la vuelta a España y perjudicaría su imagen pública cuando aún está pendiente de que Génova ratifique su candidatura.ratifique su candidatura Fabra ha delegado su representación en José Císcar, responsable del PP en la provincia, vicepresidente de la Generalitat y único miembro del gobierno valenciano que, al cierre, había confirmado su asistencia a la convocatoria.

Tras la polémica jornada del martes en el Ayuntamiento de Alicante, la preocupación que ya se había extendido en el PP a raíz de la segunda imputación de Castedo por el supuesto trato de favor a Enrique Ortiz en el plan urbanístico de Rabasa, se acrecentó todavía más. De hecho, sin ir más lejos y durante su visita de ayer a Elche, el presidente de la Generalitat, en conversación con algunos cargos del PP que le acompañaron en ese encuentro, admitió que el escenario en Alicante se había complicado notablemente. No reveló a nadie, sin embargo, que tenía previsto esquivar esa foto con Castedo en la Volvo. Entre los notables populares se ha extendido el convencimiento de que la solución ideal pasaría por la dimisión de Castedo como alcaldesa para cuadrar una transición y preparar un nuevo candidato con tiempo. Pero, sin embargo, la cúpula del PP no se ve con fuerza para apretar el acelerador. Quiero y no puedo. El jefe del Consell se ha limitado a apuntar que aplicará la «línea roja» contra los imputados por corrupción cuando llegue la confección de listas electorales y que, en ese momento, apartará a Castedo de la candidatura.aplicará la «línea roja»imputados por corrupción confección de listas electorales apartará a Castedo Y la alcaldesa, por ahora, resiste.

A media tarde, una agencia de noticias apuntaba que el presidente de la Generalitat estaría en la apertura del Race Village algo que, por contra, negaron desde la organización. Efectivamente, Alberto Fabra había decidido delegar su asistencia en Císcar, durante meses uno de los principales defensores de Castedo entre los mandos del PP. Una nota oficial de la Generalitat ratificaba a última hora de la tarde la asistencia del vicepresidente al evento. El jefe del Consell no tiene problemas de agenda. Todo lo contrario. Por la mañana, responderá a las preguntas de los síndics de la oposición en las Cortes y a la una asistirá a una recepción en el Puerto de Valencia. El acto de la Volvo en Alicante arranca a las ocho de la tarde. A esa hora, Alberto Fabra no tiene nada marcado. Así que su ausencia está, por tanto, meditada.

No se trata de una decisión sin calado. Un dato para medir el alcance del mensaje que envía Fabra. Hace tres años, en el mismo acto de la anterior edición de la Volvo, el propio jefe del Consell asistió junto a más de la mitad de su gobierno. Estuvieron el citado Císcar junto a Paula Sánchez de León, Jorge Cabré, José Manuel Vela y Lola Johnson. Ahora la situación es muy diferente. La situación de Castedo por su relación con Enrique Ortiz y sus problemas judiciales ya ha dado el salto a los medios de toda España. Y Fabra se quiere evitar esa imagen. Cargos del PP alertan de que la decisión abre una brecha casi sin retorno que, incluso, se puede acrecentar si el jefe del Consell también se ausenta de la cena del sábado en la Volvo. ¿Respuesta? En pocas horas.