La declaración con los ingresos que se embolsan los diputados de las Cortes Valencianas revela, entre otras cosas, que los parlamentarios del PP reciben sobresueldos de la caja de su grupo que oscilan entre los 2.880 euros y una cantidad que, en uno de los casos, incluso, rebasa los 22.000 euros anuales, de acuerdo con la documentación públicada ayer en el boletín de la institución. A su sueldo que ya perciben como diputados en las Cortes, algunos parlamentarios del PP suman, además, diferentes cantidades directamente de su grupo parlamentario. De una u otra cuantía en función de las tareas internas que tienen asignadas. El cobro de esos sobresueldos, por ejemplo, es generalizado entre los miembros de la dirección de los populares en el hemiciclo autonómico.
De la documentación que figura en el Boletín Oficial de las Cortes Valencianas, de hecho, se desprende que un total de 32 diputados del PPun total de 32 diputados del PP -los populares tienen 55- declaran el cobro de esos sobresueldos parlamentarios. El más beneficiado con diferencia es el veterano Rafael Maluenda, que percibe por esa vía un total de 22.390 euros anuales. Le siguen Rubén Ibáñez con 14.699, la exconsellera Maritina Hernández con 10.600 euros que añade a la asignación reglamentaria como diputada y el alcalde de Sagunt, Alfredo Castelló, que se embolsa cerca de 10.000 euros por ese concepto. El síndic del PP en las Cortes, Jorge Bellver, por su parte, declara unas retribuciones extras de 8.000 euros. La parlamentaria Ángela Barceló recibe un sobresueldo de la caja del grupo popular, según su declaración, de 3.600 euros mientras que otros diez parlamentarios reciben la cantidad mínima del reparto de fondos que el PP realiza entre sus cargos en el hemiciclo: 2.880 euros.
El modelo impuesto en su día por el PP, desde luego, no favorece ni la transparencia ni tampoco permite medir a todos los diputados por el mismo rasero. Nada está reglado de manera que cada parlamentario puede acabar poniendo en el formulario lo que le venga en gana sin obligación alguna. De hecho, por ejemplo, un grupo de 15 diputados del PP también declaran que tienen sobresueldos del grupo parlamentario al margen de su retribución oficial por ocupar un escaño en las Cortes pero, sin embargo, «disfrazan» la cuantía de esos emolumentos al sumarla con la asignación reglamentaria o, incluso, con otros ingresos. Hay casos en los que el diputado se limita en la declaración a reflejar la cantidad que se embolsa de forma global sin entrar en ningún tipo de detalle.
El desbarajuste del formulario que, con el rechazo de la oposición, eligió el PP llega hasta el punto de que hay diputados, como el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra; su vicepresidente José Císcar; o la consellera portavoz, María José Catalá, que declaran la cantidad neta de ingresan y que, respectivamente, supera los 50.000 euros con 25.000 euros de cuota de IRPF, los 48.000 y, finalmente, los 40.000 euros. Otros diputados, sin embargo, únicamente han quitado su aportación a la Seguridad Social. Los hay que han declarado el bruto. Y también que recogen en el formulario el dinero que perciben por su actividad profesional al margen de la política. Un auténtico descontrol que se hubiera solucionado con un modelo mucho más claro. Con estas salvedades, por ejemplo, el presidente de las Cortes, Juan Cotino, admite ingresos por algo más de 66.000 euros mientros que el expresident de la Generalitat Francisco Camps, se embolsa 52.172 euros como consejero nato del Consell Jurídic Consultiu de la Comunidad y 973 euros por su mínima asistencia a las Cortes.
