Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Fabra descarta a Císcar para la Diputación y apuesta por otro mandato de Luisa Pastor

El líder popular se muestra favorable a la continuidad de la alcaldesa de San Vicente frente a las aspiraciones del número dos en el Consell - La cúpula provincial del PP defiende que el vicepresidente recale en el Palacio Provincial

La apuesta del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, para la candidatura a la Diputación de Alicante ya tiene nombre: Luisa Pastor. El jefe del Consell se muestra favorable a respaldar un segundo mandato de la alcaldesa de San Vicente en el Palacio Provincial en detrimento de las aspiraciones del vicepresidente José Císcar,aspiraciones José Císcar su número dos en el Consell pero del que hace meses se ha distanciado en un proceso agravado por la progresiva limitación del papel del líder del PP de Alicante en el organigrama de la Generalitat. Una vez consumado su relevo como portavoz del Consell,relevo portavoz del Consell Císcar había puesto todos los huevos en la cesta de la Diputación, una institución que, de acuerdo con el resultado de las europeas y con todas las cautelas en tanto que no se trata de comicios extrapolables, los populares podrían mantener. Ahora, sin embargo, todo el escenario ha cambiado. La cúpula provincial popular sabe ya de la posibilidad, cada vez más cierta, de que Luisa Pastor opte a un segundo mandato. Continúa pensando que la llegada de Císcar a la Diputación es el escenario ideal pero, en esta tesitura, ha puesto en marcha un «plan b» para intentar buscarle una salida en otro destino.

La operación del vicepresidente de la Generalitat pasaba, de alguna manera, por jugarse todo a una carta. Despojado de su influencia en el tablero de la política autonómica, José Císcar había decidido refugiarse en su cuartel de invierno: la dirección provincial del PP en Alicante. ¿Objetivo? Intentar sobrevivir en el incierto panorama al que se enfrentan las siglas populares en la Comunidad, en su peor momento desde hace veinte años y con el riesgo de perder tanto la Generalitat como el control de decenas de municipios. Liberado de su papel como imagen del Consell que el aún vicepresidente de la Generalitat llevó como una cruz durante más de dos años de calvario, Císcar se decidió a concentrar todos sus esfuerzos, en clave interna, para reforzar su liderazgo en Alicante y tratar de revitalizar la cúpula provincial del PP. Para la batalla electoral de 2015, el conseller de Presidencia y Agricultura ya había decidido, incluso, marcar en rojo el destino al que aspiraba de cara a esos comicios: la Diputación.

La institución provincial es una vieja aspiración que Císcar, un dirigente político ambicioso y hábil en el trato en corto, nunca ha ocultado. Pasadas las elecciones europeas, relevado en ese puesto como portavoz del Consell, vicepresidente de un Alberto Fabra que lleva mucho tiempo sin darle confianza, vaciadas las competencias en Presidencia y con un departamento de segundo orden como Agricultura en la Generalitat, a José Císcar sólo le quedaba el camino de volver a su territorio. Esa marcha como imagen del Consell, «vendida» en su día como una solución pactada, escenificaba, más allá de eso, su retorno a la provincia. Císcar iba a dedicar más tiempo a la dirección del PP de Alicante, que hasta ahora intentaba «teledirigir» vía telefónica y pisando poco el terreno desde Valencia; y, de paso, intentar preparar su asalto a la Diputación como relevo de Luisa Pastor.

Durante la campaña para las elecciones europeas, Císcar se dedicó a recorrer la «terreta», una actividad que redoblará en los próximos meses de acuerdo con el plan de actuación que se ha marcado la dirección provincial del PP con el objetivo de tratar de remontar el vuelo tras el fiasco de las europeas. Necesitaba ganarse a los notables populares en los municipios. Pero esa voluntad de Císcar, sin embargo, choca con la realidad. Alberto Fabra está convencido de que debe darle la posibilidad a Luisa Pastor de optar a un segundo mandato y ese escenario se enfrenta a las aspiraciones de su hasta ahora vicepresidente en el Consell de convertir la Diputación en una trinchera para resistir frente al eventual retroceso del PP que marcan las encuestas de cara a la cita electoral de 2015.

Desde hace un tiempo, sin embargo, entre diputados provinciales del PP se había extendido el convencimiento de que Luisa Pastor, a punto de cumplir 66 años y envuelta en especulaciones casi desde que arrancó este mandato sobre el final de su carrera política, estaba decidida a intentar repetir en el Palacio Provincial. Una percepción que ahora cuenta con el respaldo claro de Alberto Fabra, que prefiere el perfil de la alcaldesa de San Vicente que la opción de Císcar, una alternativa que, desde luego, acabaría dando otro tono a la Diputación. La determinación de Fabra sobre el futuro de la corporación provincial alicantina, en todo caso, tiene que vencer dos obstáculos. El primero afecta a la competencia sobre el nombramiento, que corresponde en exclusiva al comité electoral nacional. Así que la resolución final, como en el caso de las alcaldías de las capitales de provincia, está en Génova. Y el segundo tiene que ver con el futuro del propio Fabra. Todas las grandes decisiones que el PP debe tomar antes de los comicios de 2015, entre ellas las que tienen que ver con las listas, están a expensas de que Madrid ratifique al jefe del Consell como candidatoratifique al jefe del Consell candidato, una decisión que está todavía pendiente y una duda que, desde hace unas semanas, anima el ambiente de los corrillos del PP.

Los dirigentes más afines a José Císcar son conscientes de la posibilidad de que Luisa Pastor pueda aspirar a un segundo mandato en el Palacio Provincial. Y ya piensan, sin descartar dar la batalla en la Diputación, en un plan alternativo. No quieren un enfrentamiento abierto con Luisa Pastor. En su momento, como se recordará, la alcaldesa de San Vicente fue el banderín de enganche que sirvió para apartar a Joaquín Ripoll a la Diputación. ¿Salidas? A Císcar no le quedaría más remedio que pelear para ocupar un puesto de relevancia en la lista autonómica. Volver a mirar hacia Valencia. No sería, como opinan notables del PP, una cuestión menor. Ni una operación sin calado. Con una posible derrota de los populares en el Consell o, incluso, con un gobierno del PP en situación precaria y de debilidad, el futuro de la organización, con un congreso regional en puertas, se dilucidará en Valencia. Y todos los que quieran jugar esa partida, quizá, tendrán un lugar preferente desde la bancada del hemiciclo autonómico.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats