La publicación de las balanzas fiscales ha terminado por certificar algo que era un secreto a voces: la Comunidad Valenciana es, a día de hoy, la autonomía más discriminada y maltratada de toda España. La Generalitat aporta a la caja común del Estado unos 2.018 millones más -alrededor de 330.000 millones de las antiguas pesetas- de lo que luego recibe desde el Gobierno central. Es la tercera que arrastra un mayor déficit fiscal únicamente superada por Madrid -con los indicadores inflados en todas las tablas por el plus que supone la capitalidad- y Cataluña. Pero, sin embargo, la diferencia es que la Comunidad se encuentra dentro del furgón de las más pobres -su renta se queda unos 2.700 euros por debajo de la media- y, además, como dejó claro el profesor Ángel de la Fuente durante la presentación del documento, está muy por detrás en el reparto de los fondos del sistema de financiación.
En una situación desesperada y a nueve meses de unas elecciones autonómicas en las que el PP se juega su continuidad en la Generalitat y en decenas de municipios, Alberto Fabra esperaba una carga de esta potencia -se lo avanzó a los empresarios en su última reunión- para redoblar su discurso de reivindicación frente a Madrid. Ayer hubo unanimidad: las principales fuerzas políticas coincidieron en que las balanzas fiscales -un indicador que contabiliza toda la riqueza que un territorio aporta al Estado y lo compara con la cantidad que se le retorna por todos los conceptos- reflejan un maltrato intolerable a la Comunidad, algo que también destacaron desde la patronal Cierval o el «lobby» AVE. La oposición de izquierdas -PSPV, Compromís y EU- aprovechó también, sin embargo, para desgastar al Consell y apuntar como responsable al propio Alberto Fabra. Ningún indicador del estudio coordinado por De la Fuente -investigador de Fedea y el principal experto sobre las cuentas autonómicas- por encargo del Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es positivo para la Comunidad Valenciana.
De acuerdo a las tablas elaboradas con datos de 2011 en tanto que es el último ejercicio liquidado y cerrado, Madrid, en gran medida arrastrada por tener la capital en su territorio, es la que tiene un mayor déficit fiscal. Deja de recibir al año 16.723 millones, casi el doble que Cataluña, que entrega a Madrid 8.455 millones más de los que luego le retornan. La tercera más perjudicada es la Comunidad Valenciana con el mencionado déficit fiscal de 2.018 millones a la que sigue Baleares con un desfase negativo de 1.483 millones. Los datos, más o menos, cuadran con los cálculos realizados por los empresarios que, por ejemplo, apuntan que la Generalitat habría dejado de ingresar al año más de mil millones por la financiación junto a otros 600, de acuerdo con los contratistas de obra, en inversiones vía presupuestos del Estado. En el otro lado de la balanza, Andalucía (7.421 millones), Canarias (4.054), Castilla y León (3.929) y Galicia (3.240) son las que salen más beneficiadas del cálculo del sistema territorial.
Tampoco sale bien parada la Comunidad con los números per cápita. Madrid, Baleares y Cataluña están por delante de la Generalitat, que arrastra un saldo negativo de 394 euros por habitante. ¿Cuál es la diferencia? Que los indicadores de riqueza -porcentaje de PIB en relación a la media de España- de los valencianos son peores y que, además, el Consell está a la cola de la financiación, como reconoció el propio Ángel de la Fuente durante su comparecencia. Situó, de hecho, a la Comunidad pero también a Murcia y Andalucía entre las autonomías que tienen motivos para exigir una mejora en el reparto de esos fondos, algo a lo que el Ejecutivo de Rajoy se resiste mientras no se generen más ingresos. «El sistema es muy malo», remató el experto de Montoro que, además, dejó claro que ni Madrid ni tampoco Cataluña -las dos autonomías que registran más déficit fiscal que la Generalitat- tienen demasiados motivos para quejarse con el actual sistema de financiación.
Por contra, de todas las regiones, la Comunidad es la única de las que aporta más a la caja común de lo que luego recibe que, sin embargo y a diferencia del resto, está financiada por debajo de la media y registra una renta per cápita inferior a la de España. Pagamos pero recibimos menos y somos más pobres. Es la tercera con mayor déficit fiscal pero se sitúa a la cola en recursos por habitante, con un índice del 88,4% -sólo Baleares recibe un poco menos en relación a las competencias que actualmente gestiona- y un PIB per cápita de 19.502 euros, por debajo de la media nacional, que es de 22.279 euros. Los datos de las balanzas fiscales, de no producirse un cambio del sistema de reparto del dinero durante la reunión del Consejo de Política Fiscal de la próxima semana, ponen a la Comunidad en una situación todavía más complicada para el futuro.
El propio De la Fuente apuntó que la primera conclusión del estudio es que los ricos pagan más y que los pobres tienen saldos positivos. Aunque con dos excepciones, como señaló: las comunidades forales, que tienen saldos positivos pese a formar parte de las regiones ricas; y las autonomías de rentas bajas con saldos negativos, como la Comunidad o Murcia. «Es un caso único de discriminación irracional e injustificada. Vamos a ser muy beligerantes», amenazó el conseller Moragues.
