El presidente tardó en ejecutar sus líneas rojas con Carlos Fabra pero, sin embargo, no ha tomado ninguna medida contra Joaquín Ripoll, presidente del Puerto de Alicante, imputado en Brugal, a pesar de ser un cargo que aprueba el Consell y por tanto, entra de lleno en la doctrina Fabra. Tampoco ha insistido en que la directora de la Luz de las Imágenes, Carmen Díez, se vaya. Se plantó, pese a estar imputada en Gürtel, y allí se ha quedado.