Faltaba año y medio para el V Encuentro Mundial de las Familias, que convirtió la visita de Benedicto XVI a Valencia en una oportunidad para el negocio corrupto con RTVV como catalizadora, pero en octubre de 2004, Valencia ya acogió un encuentro familiar que también alimentó corruptelas. Por valor de 4,2 millones. En esa fecha se celebró el primer Valencia Summit, montado por el Instituto Nóos de Diego Torres e Iñaki Urdangarin. Participó el cuñado de Urdangarin Jaime de Marichalar, su hermano Miguel Urdangarin, la esposa de Torres, Ana María Tejeiro, sus cuñados, Miguel, secretario de Nóos, y Marco Antonio, el contable. En el conglomerado de empresas, en la patrimonial Namaste 97, figuraban hasta los hijos de los duques de Palma, Juan y Pablo Nicolás.

En algunos casos -Miguel Tejeiro o Miguel Urdangarin- fueron conferenciantes. La nómina de ponentes de Valencia coincidía con la del Fòrum Illes Balears. Los cachés y algunas facturas se cruzaron, a menudo para cobrarlas dos veces, denunció el juez José Castro en enero de 2013. El conferenciante Miguel Tejeiro, secretario de Nóos, percibió 10.000 euros por «servicios prestados» en Palma en 2005. Miguel Urdangarin, 6.000, por una «ponencia», según un apunte contable de 2 de diciembre de 2005.

En su confesión al fiscal Horrach, Tejeiro corrobora que Nóos era un negocio y no una fundación sin ánimo de lucro. «El coste real de la organización de los eventos fue notablemente inferior al importe recibido de los organismos públicos», denuncia. Revela que a veces el servicio facturado ni se prestaba. Cuenta, por ejemplo, que aunque «una parte de los relatores (los ponentes) del Valencia Summit y el Illes Balears Fòrum sí efectuó su labor, otra parte no desarrolló labor alguna pese a ser contratada y percibir su remuneración».

Vaciado de fondos de la «ONG»

El contable corrobora el modus operandi del saqueo de la Generalitat y del Ayuntamiento de Valencia, en tanto que principal financiador de la fundación Turismo Valencia. Pero no aporta datos concretos. Marcos Antonio Tejeiro avala la investigación de juez y fiscal al indicar que los fondos que Nóos recibía de las administraciones «se terminaron repartiendo y distribuyendo» entre Torres y Urdangarin mediante «el giro de facturas contra Nóos por parte de las sociedades privativas Nóos Consultoría Estratégica, Shiriaimasu Intuit Virtual y Aizoon», esta última participada por la infanta Cristina.

Esas facturas para vaciar los fondos de Nóos y engordar las empresas de Urdangarin y Torres eran falsas en tanto que «no respondían a servicios realmente prestados», subraya el corrupto confeso. Pero Tejeiro no concreta el volumen de sobreprecios. El beneficio limpio se aproxima al canon de 1,04 millones anuales (se celebraron tres ediciones), pagado a medias por Cacsa y Turismo Valencia.

El juez, en el auto citado, sí puso cifras al «desmedido ánimo de lucro» de quienes «se apropiaron», dijo, del 83,3% de la facturación de Nóos en 2004. 837.597 euros en la primera edición del Summit; 1.178.437 en la de 2005 y otros 590.581 en 2006. Y 382.203 de los Juegos Europeos. Casi tres millones de beneficio para la presunta ONG. Pero ni el Consell ni la fundación ejercieron ningún control de precios.

Nadie pidió presupuesto. Los patronos de la fundación que han testificado lo han reconocido. Y Tejeiro lo confirma: «No tengo constancia de que jamás se hicieran presupuestos detallados y analíticos para presentar a las administraciones de Balears y de Valencia en relación a los costes reales de organización».

Tejeiro avala al juez al apuntar a los políticos como responsables de los convenios. «En el Summit 2004 (...) se empezó a trabajar con anterioridad a la firma del convenio», dado que Torres y Urdangarin explicaron que había «buenas perspectivas» tras mantener «conversaciones con los responsables políticos de Valencia».

Castro pidió la imputación de Camps y Barberá, por ser los artífices del «favoritismo»al yerno del rey. El TSJ la rechazó. El propio Urdangarin declaró haber mantenido reuniones con ambos en Valencia, además de la que contó Torres, celebrada el 29 de enero de 2004 en Zarzuela. Camps negó en sus dos declaraciones cualquier encuentro con el duque. Barberá libró al expresidente. Pero Camps fue menos generoso con su madrina política al dejar caer en su segunda testifical, el pasado mes de abril, que Barberá le comentó «muy de pasada» la posibilidad de celebrar el Summit.