Las conversaciones interceptadas por la Policía recogidas en el sumario del caso Brugal y aportadas a la causa del Plan Rabasa revelan que el constructor Enrique Ortiz confiaba en que el entonces conseller de Bienestar Social en 2009, Juan Cotino -cuya familia tiene intereses en el sector de los geriátricos- le «llenase» las residencias en las que también participaba Ortiz.

En una conversación interceptada en febrero de 2009 y difundida ayer por la cadena SER, Ortiz le transmitió a un directivo de empresas del sector, Arturo Alario, que el conseller «está claramente el hombre con ganas de llenárnolas». También le informó de que tenía a un amigo, que era David Serra, que les podía «ayudar en este tema».

Asimismo, Alario le indicó que no se estaba produciendo todo el trasvase de ancianos esperado a sus residencias y que la patronal del sector de la Comunidad Valenciana había hecho un informe jurídico a petición suya para pedirle a Cotino la retirada de las ayudas a los cuidadores familiares «porque si siguen dando miles y miles de euros nos van a joder vivos».

En otra conversación posterior, Ortiz le dice a Alario: «le tengo que decir al conseller que no están cumpliendo porque a la fecha que estamos las residencias tendrían que estar llenas». En esa misma conversación hablan de cómo entre ellos influían en el nombramiento de un secretario autonómico, ya que querían uno que «empujara» el asunto de las residencias. Ortiz transmitió en otra llamada a Luis Fernando Cartagena que tenía el 38 por ciento de los gerocentros.