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Fabra se calla ante Rajoy y la cúpula del PP y evita exigir la mejora de la financiación

El titular de la Generalitat guarda silencio ante los dirigentes populares mientras el Consell continúa «malviviendo» con los préstamos del rescate

Alberto Fabra, entre Monago e Ignacio González, ayer, en la reunión del PP celebrada en Génova INFORMACION

Una vez más, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, se ciñó a la estrategia errática de los últimos tiempos: chillar en la Comunidad para exigir un cambio en el modelo de financiación que acabe con un expolio a las arcas autonómicas de unos 1.000 millones anuales para luego, sin embargo, callarse cuando llega a Madrid en presencia de la cúpula del PP y de Mariano Rajoy. Justo después de que durante la última visita de Antonio Beteta Antonio Beteta -número dos de Cristóbal Montoro- a Valencia se produjera un choque que culminó con la negativa del Gobierno a reformar el sistema de financiación autonómica durante el Consejo de Política Fiscal del pasado jueves, Fabra desaprovechó una nueva oportunidad de alzar la voz durante la ejecutiva del PP. Ni intervinó durante la reunión ni siquiera se atrevió a insinuar una reivindicación que horas antes había verbalizado en Valencia y la semana pasada, incluso, en Bruselas.

Por la mañana, de hecho y aún en la Comunidad, Fabra mantuvo que en Madrid «tienen que ser muchos más sensibles con nosotros. Hemos hecho esfuerzos como nadie». Reiteró que no hay margen para el ajuste y que sin más ingresos no se cumplirán los objetivos de déficits votados por el Consell que suponen, además, nuevos recortes por otros 1.200 millones. Mientras, además, la Generalitat trató de «vender» como un triunfo que destinará 517 de los 936 millones que el Estado aportará a través de préstamos vinculados al rescate a realizar pagos relacionados con Sanidad, Educación y Bienestar Social. Es decir, malvivir sin ingresos ordinarios y haciendo cada vez más grande la bola de la deuda.

Después en la reunión de Génova, Fabra calló y se limitó a seguir las directrices de Rajoy: elogiar la reforma fiscal y las medidas de regeneración democrática como la suspensión de aforamientos o la elección directa de alcaldes, una idea que lanza el PP ahora que, por cierto, se acaba la etapa de las mayorías absolutas. La estrategia del jefe del Consell choca por completo con la posición esgrimida por las conselleras Bonig y Catalá o por su titular de Hacienda, Juan Carlos Moragues, dispuestos, han dicho, a plantar cara a Madrid. Y, desde luego, no gustó en sectores de los populares valencianos.

Fuentes del PP indicaron que en la convocatoria sólo habló Rajoy la número dos del PP, Maria Dolores de Cospedal, sobre los asuntos citados. Fabra se sentó entre el presidente extremeño, Juan Antonio Monago, (con el que está abiertamente enfrentado por la financiación) y el madrileño Ignacio González.

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