El exministro Jordi Sevilla no necesitaría ni dos tardes -como con Zapatero- para explicar la receta económica de los ayuntamientos aplicada en 2012: ante la pavorosa situación financiera de 2010 (con 223 entidades locales con resultado presupuestario negativo) y, algo menos, en 2011 (176 con déficit), los municipios optaron por apretar aún más el cinturón a los vecinos y bajar la persiana, con una caída de la inversión por habitante del 46 %, situándose en unos pírricos 75 euros por habitante. Es la principal conclusión de la Cuenta General de las Entidades Locales 2012 que ayer entregó el Síndic de Comptes, Rafael Vicente Queralt, a las Cortes, en la que también se refleja que el endeudamiento a largo plazo se disparó un 16 % (hasta llegar a los 2.772 millones) como consecuencia del plan de pago a proveedores, mientras los créditos a corto crecieron un 8 % (325 millones), con lo que la deuda global de los municipios aumentó un 15,6 %. La consecuencia es que la carga financiera por habitante se elevó un 12 % (en 2011 había bajado un 3 %), al pasar de los 568 euros por ciudadano a los 636.

El informe abarca el análisis de las 599 entidades locales (511 de ellos ayuntamientos, el 94 % del total de 542) que presentaron sus cuentas al cierre del trabajo (31 de diciembre de 2013). La Cuenta refleja la mejora de la situación de los consistorios -aunque ha empeorado su estado financiero, con una mayor losa de deuda- con la ecuación de elevar la presión fiscal y reducir gasto e inversión. En concreto, los ingresos mejoraron un 15,7 % (22,25 % en Alicante, 10,99% en Castellón y 12,64 % en Valencia) y se situaron en 1.015 euros por habitante. La presión fiscal por vecino subió un 3,7 % (de 539 a 559 euros) aunque los municipios de Castellón apretaron más las clavijas (5,06 % más, 685 euros), que los de Alicante (4,39 %, 571 euros) y los de Valencia (3,17 %, 520 euros).

Por el IBI, un 10,22 % más

La recaudación de algún impuesto, como el IBI, se elevó un 10,22 %, y por la llamada «plusvalía», un 7,91 %. Al mismo tiempo, la inversión se desplomó, al pasar de 139 euros per cápita en 2011 a solo 75 en 2012, un 46 % menos. En los ayuntamientos alicantinos el recorte inversor fue más acusado, del 58,3 % (de 115 a 48 euros), seguido de los de Valencia, un 41,81 % (de 148 a 86 euros) y de los castellonenses, un 41,1 % (de 180 a 106). El gasto global de los consistorios por habitante se redujo aunque mucho menos, un 4,5 % (de 910 a 869 euros), más en Alicante (5,6 %) que en Valencia (4,3) y en Castellón (3,3).

La mejoría se aprecia en el remanente de tesorería para gastos generales. Cuando es negativo, implica que el municipio tiene que hacer recortes en el presupuesto del año siguiente para hacer frente a gastos básicos del anterior. Si en 2011 fue negativo en 129,8 millones, en 2012 la cifra global fue positiva en 389 millones. No obstante, sigue habiendo 58 municipios con remanente negativo (frente a los 162 del ejercicio anterior). Además de los 10 que figuran en el cuadro adjunto, están Albalat dels Sorells (-956.431 euros), Mislata (-950.863), Benissa (-934.835) o Silla (-885.602).

El 18,2 % sigue en la asfixia

En cuanto a la necesidad de financiación, se ha pasado de un importe negativo de 85,49 millones a un superávit de 189,6 millones. El resultado presupuestario global mejoró también al pasar de 190 a 819 millones. No obstante, 46 consistorios siguieron gastando más de lo que ingresan (160 en 2011), entre ellos Segorbe y Xàbia. Por otro lado, 93 municipios, casi la quinta parte (18,2 %), sigue viviendo en la asfixia con un fondo de maniobra negativo, lo que supone que las deudas que tienen que afrontar a corto plazo superan a sus ingresos a corto. El año anterior, con todo, sumaban la friolera de 197. Por último, el Síndic alerta de que 174 entidades no han reflejado ingresos de «dudoso cobro», lo que supondría que han incumplido las normas presupuestarias y contables.