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La sucesión en Ferraz aviva las disputas internas en el PSPV

Abren la puerta a Romeu después de que éste asegurase que Puig está en una posición de «debilidad absoluta»

La sucesión en Ferraz aviva las disputas internas en el PSPV

El vicesecretario general y portavoz del PSPV, Francesc Romeu, incendió ayer Blanqueries con unas declaraciones en las que cargó abiertamente contra quien, según el organigrama, sigue siendo su jefe: Ximo Puig. Romeu enmarcó sus críticas en el posicionamiento de las distintas sensibilidades del partido de cara a las primarias que elegirán al próximo secretario general del PSOE, y opinó que el actual líder está «en minoría» al apoyar a Pedro Sánchez y en «un escenario de debilidad absoluta» dentro del PSPV. Romeu, que está haciendo campaña a favor de Eduardo Madina, cifra incluso en un 60 % los apoyos al vasco dentro del PSPV.

No es la primera vez que Romeu, con un tono más propio de un referente crítico que del portavoz de la ejecutiva, se sale del guión de Blanqueries, cultivando su fama de «verso suelto» pese a ostentar un cargo tan sensible.

Desde el equipo de Puig han mirado habitualmente a otro sitio ante las opiniones divergentes del portavoz. Sin embargo, el camino de ayer ya no tiene retorno. Desde la sede del PSPV se descartan medidas disciplinarias para evitar un proceso de «victimización»; o relevarlo «a corto plazo» de su puesto en la dirección. Pero desde ayer Romeu ha quedado «inhabilitado como portavoz». No volverá a ejercer el cargo de manera oficial.

De momento, varios líderes del PSPV (de diferentes sensibilidades) salieron ayer en apoyo del secretario general y cargando contra el todavía portavoz. Alfred Boix, número dos de Puig, apeló a «la responsabilidad de todos, especialmente de aquellos que tenemos obligaciones en el partido» en relación al congreso federal. «Este es un proceso para escuchar la voz de los militantes y ningún cargo del partido debe atribuirse la representación de sus votos», dijo Boix, quien anima a Romeu a dimitir: «Aquí se está porque se quiere estar, no obligamos a nadie, sobre todo si no se comparte el objetivo de trabajar para los ciudadanos».

Más contundente se mostró el líder del PSPV en Alicante, David Cerdán, que apoya a Madina, como Romeu, y pertenece a la familia política de Leire Pajín. «Aquellos de la dirección que no estén a gusto, tienen la puerta abierta para marcharse», dijo, y animó a todos los militantes a participar en un proceso «en el que hemos logrado que la voz de todos los militantes sea escuchada». Cerdán opinó que «de este congreso debemos salir más unidos que nunca para conseguir que Ximo Puig sea el próximo presidente de la Generalitat».

También como crítica velada a Romeu, José Luis Ábalos, secretario provincial de Valencia, censuró a aquellos que «intentan ayudar, pero parece que quieran ayudarse sólo a ellos mismos». Puig, dice Ábalos, cuenta con todo el apoyo del partido y «fue elegido candidato a la presidencia de la Generalitat en una votación que contó con la participación de 66.000 militantes y simpatizantes». «No hay nadie más legitimado que Puig para liderar a los socialistas valencianos», apostilló Ábalos.

Igualmente, Francesc Colomer salió en defensa de Puig: «Es un logro de los socialistas valencianos que la elección del próximo secretario general vaya a ser un militante un voto». Y defendió la apertura del proceso federal: «Al próximo secretario general lo elegirán los militantes y es una falta de respeto que alguien garantice porcentajes de apoyo a nadie».

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