El conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, al fin admitió ayer lo que es un secreto a voces, que la Generalitat incumplirá el objetivo de déficit este año. Sólo cabe una posibilidad para poder cumplir con las exigencias de Cristóbal Montoro: que el Gobierno central aplique la retroactividad del nuevo modelo de financiación a 1 de enero de 2014 o bien que habilite un mecanismo compensatorio para las autonomías que están discriminadas con el actual sistema. Las dos reivindicaciones se pueden resumir en una frase. O llega dinero adicional, o la Comunidad rebasará de manera amplia el 1 % de desfase presupuestario que tiene aprobado para este año. «Conseguirlo es imposible», zanjó el conseller.

A partir de esa última palabra, inédita hasta ahora en las declaraciones de Moragues, el conseller tiró de argumentario. Recordó que el problema de la Comunidad no es de gastos, sino de ingresos; ensalzó el «esfuerzo» que realizó la Generalitat el pasado año para contener sus números rojos; comparó la reducción del déficit durante los últimos años con otras autonomías; y reiteró que el Ejecutivo de Alberto Fabra tiene «líneas rojas» que no se pueden sobrepasar. El conseller no se refería a los casos de corrupción, sino a las partidas destinadas a Sanidad, Educación y políticas sociales. El problema estriba en que tanto el propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, como su número dos, Antonio Beteta, ya han subrayado en varias ocasiones que no habrá retroactividad ni mecanismo adicional. ¿Qué hará entonces el Consell en caso de no recibir dinero extra este año? El titular de las finanzas autonómicas prefirió no valorar esa opción. Simplemente afirmó que la Generalitat continuará reclamando hasta la saciedad esos fondos que, «por justicia», le corresponden. Pero no lo hará de cualquier forma. «Ponemos el grito en el cielo, pero de forma elegante, con estilo y con lealtad institucional», sentenció.

«Desnudo integral»

Cuestionado entonces por la posibilidad de que el Ministerio de Hacienda esté monitorizando y guiando las políticas del Consell debido a los múltiples mecanismos de rescate a los que se ha acogido, Moragues fue tajante. «Tenemos autogobierno y no tenemos ningún problema en ser transparentes», apostilló. El conseller recordó que adherirse al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) -uno de los mecanismos que el Gobierno central ha puesto a disposición de las comunidades en apuros- ha supuesto que el Ejecutivo de Fabra haya realizado un «desnudo integral» de sus cuentas. El nuevo modelo de financiación comenzará a abordarse en las próximas semanas después de que Hacienda culmine la reforma fiscal.