El caso Emarsa se convirtió en un escándalo sin precedentes por los gastos suntuosos que ya trascendieron en el verano de 2010 y que forzaron la liquidación de la empresa y la denuncia del PSPV ante la fiscalía. Viajes por todo el mundo, comidas en los mejores restaurante de Valencia y regalos de lujo para políticos valencianos se pagaron con fondos de la depuradora de Pinedo.

Dos exdirectivos del PP de Valencia, Santos Peral e Ignacio Martínez, eran los responsables de la caja fija de Emarsa y han sido procesados por presuntamente haber cobrado comisiones por «mirar hacia otro lado». Así, a través de la caja de Emarsa se abonaron 456.716 euros en regalos, entre ellos bolsos de Loewe que viajaron al Ayuntamiento de Valencia y que llegó a agradecer a Cuesta la propia alcaldesa Rita Barberá. En restaurantes, los «jefes» de Emarsa se gastaron 375.302 euros.

El escándalo más sonado fueron los viajes por los que se pagaron 261.202 euros y por los que está procesado el gerente de la agencia de viajes Vicente T. Benlloch. Por estas facturas saltó el escándalo de «las traductoras» rumanas, que se alojaron con el gerente Esteban Cuesta en hoteles. Una de ellas trabajaba en un club de alterne de Benidorm.

Entre los puntos que el juez ha desechado investigar se encuentras las cenas del PP de Valencia que Cuesta asegura que se pagaron con dinero de Emarsa y las posibles responsabilidades del consejo de administración. El juez afirma en el auto que Crespo los habría embaucado para que votaran lo que él les pedía.