Las aguas bajan revueltas en el seno del PSPV. Si el miércoles fue el secretario provincial del partido en Alicante, David Cerdán, el que se desmarcó del discurso de Ximo Puig, ayer crecieron las tensiones entre el propio Puig y su portavoz en la ejecutiva, Francesc Romeu. La espita esta vez fueron unas declaraciones del líder de los socialistas valencianos avalando la posible candidatura de la presidenta andaluza, Susana Díaz, para relevar a Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del partido. Durante una visita a un colegio de Alaquás, Puig arropó a Díaz. «Representa el cambio que necesita el partido y puede dar la estabilidad que requiere en este momento después de las elecciones europeas. Creo que Susana Díaz puede representar el partido federal que necesita en estos momentos España», insistió.

Al tener constancia de esas declaraciones, el también vicesecretario general del PSPV desautorizó a su «jefe». En declaraciones a Europa Press, Romeu negó que exista un acuerdo en Blanqueries para apoyar a la presidenta andaluza y subrayó que Puig «no lo ha consultado» con el partido. «En un proceso donde ahora sólo se habla de caras sin contenido ninguno, no me parece bien, ni justo, ni adecuado que ponga a toda la delegación en una posición, sea o no sea la de Susana (....) No tenemos nada en contra de Susana, pero sí de las formas» en las que Puig realizó el anuncio, apostilló Romeu. Y añadió: «¿Por qué mi secretario general, sin haber consultado con nadie, ni en público ni en privado, habla en nombre de toda la federación?».

Minutos después de que el portavoz del PSPV se postulara en estos términos, la estupefacción se instaló en Blanqueries. «Nos hemos quedado perplejos», apuntaron a este diario desde la cúpula socialista. «Es un verso suelto y no actúa como portavoz, sino como militante», quisieron aclarar. No es la primera vez que Romeu se desmarca del discurso oficialista. En junio del pasado año, el número dos de la ejecutiva nacional pidió el fin de la Monarquía. Unos meses antes presentó un libro de su puño y letra en el que también ponía en solfa algunas de las políticas que han impulsado los socialistas valencianos. El entorno de Puig le ha recomendado en varias ocasiones que le destituya como portavoz, pero él no quiere más fracturas.

Ayer, Romeu volvió a revolverse. Esta vez, en pleno debate sobre el liderazgo del PSOE. La apuesta del candidato a presidir la Generalitat es clara. Quiere hacer piña con Susana Díaz y convertirse en uno de los barones «fuertes» del partido en el caso de que la presidenta andaluza alcance la secretaría general. Ambos, de hecho, conversaron telefónicamente el pasado lunes tras el anuncio del adiós de Rubalcaba y se comprometieron a remar en la misma dirección. Los dos además demostraron su sintonía el pasado mes de abril durante un encuentro privado en Sevilla.