La estrecha victoria del PPE en las elecciones europeas obliga desde hoy a ese grupo a negociar con los demás de la Eurocámara, en especial con los socialistas, en busca de una gran coalición, mientras que hoy serán los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea quienes analicen los resultados.

El PPE y su candidato, Jean-Claude Juncker, han reivindicado la victoria electoral al conseguir 214 eurodiputados de una Eurocámara de 751, pero su inmediato seguidor, los socialistas (S&D) y Martin Schulz, con 189 parlamentarios, quieren también constituir una mayoría y quedarse con la presidencia de la Comisión Europea (CE).

«El PPE es el gran perdedor de estas elecciones, el PPE que ha dirigido Europa durante los últimos cinco años y durante una crisis extremadamente profunda que ha afectado a millones de europeos», afirmó ayer el presidente de los socialistas europeos, Sergei Stanishev, que recordó que los conservadores han perdido el 20 % de los votos. Agregó que los resultados de los socialistas «son estables, por desgracia no hemos reunido los suficientes para un cambio mayor en Europa».

Juncker, por su parte, confió en obtener ese apoyo que los socialistas por ahora le niegan y señaló que «no vale la pena hacer demasiadas conjeturas. La única opción posible es la gran coalición entre los dos grandes partidos».

La estrecha diferencia entre ambos les obliga a intentar formar una coalición con los otros grupos políticos de la Eurocámara, y entre ellos son los liberales de ALDE y del ex primer ministro belga Guy Verhofstadt los que con sus 66 escaños se presenta como bisagra para los dos partidos mayoritarios.

De momento la respuesta del liberal belga es atenerse «a un programa diferente al de los cinco últimos años... Quizás al nuestro».

La lectura que hacen los analistas, como el director del programa europeo del instituto Bertelsmann Stiftung, Joachim Fritz-Vannahme, es que Juncker, «como exprimer ministro de Luxemburgo está acostumbrado a las coaliciones, grandes o pequeñas».

«La cuestión, más que encontrar la mayoría en el PE, es lograr el respaldo del Consejo Europeo, en donde ya (el primer ministro británico,) David Cameron ha anunciado su firme oposición a Juncker», dijo el experto.

Respecto a los socialistas, que encaran el mismo problema de no disponer de una mayoría y tener que buscarla, Fritz-Vannahme consideró que ello «no se lo pone fácil a Juncker, pero al final para los socialistas serán una manera de negociar para conseguir otros importantes puestos».

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reúnen hoy en Bruselas en una cumbre informal para analizar los resultados de estos comicios, en los que además de negociar el nombre del futuro sucesor del actual presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, tendrán que hacer una reflexión ante el elevado voto que han conseguido las formaciones euroescépticas y antieuropeas.

Juncker no irá «de rodillas»

Los líderes europeos tienen la posibilidad, tras estas elecciones, las primeras en que los europeos han votado al eventual presidente de la CE y en la única institución a la que se vota directamente, de proponer un nombre diferente al de Juncker, que no ha ido en ninguna lista electoral. El candidato conservador, que reconoce que aún necesita la nominación del Consejo Europeo para dirigir la CE, subrayó que a la reunión de hoy con los líderes no llegará «de rodillas» sino «como ganador» de las elecciones. Destacó el aval de las urnas para convertirse en el próximo líder de la CE.

El director del instituto Open Europe, Mats Persson, opinó por su parte que aunque la victoria del centroderecha indica que el sucesor de Barroso debería salir de entre sus filas, también señala que «los líderes de la UE, con el firme apoyo de Reino Unido, podrían elegir a otro candidato».