El primer ministro británico, DavidCameron ha visto en los resultados de estas elecciones «un claro mensaje de que los ciudadanos están profundamente desilusionados con la UE, con el modo en el que está funcionando y con el modo en que lo hace para el Reino Unido y quieren un cambio». En declaraciones a la BBC, ha reconocido que ahora «el reto» para los «tories» será «demostrar que tenemos el plan para hacer realidad ese cambio» Así, ha prometido que renegociará el «lugar» que ocupa Londresen la UE «para conseguir un mejor acuerdo» y trabajará «para cambiar el euro», tras lo cual dejará que sean los británicos los que se pronuncien en referéndum en 2017 sobre si quieren seguir en la UE..

El UKIP, árbitro en 2015

Por su parte, el populista y euroescéptico Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) de Nigel Farage confirmó ayer su inapelable victoria en los comicios europeos, que por primera vez en un siglo han roto el tradicional bipartidismo británico. Con un 27,5 % % de los votos, es la primera vez desde 1906 que la formación que gana unas elecciones en todo el territorio nacional del Reino Unido no ha sido el Partido Conservador o el Partido Laborista.

Exultante, Farage, un extory cuya principal reclamación es que el Reino Unido abandone la Unión Europea, destacó que su partido ha restado votos a todos los grandes partidos, lo que auguró tendrá «profundas consecuencias para sus líderes», y que aspira a convertirse en «árbitro político» en las elecciones de mayo de 2015.

Ante un enorme cartel en el que se leía «El ejército del pueblo», Farage, hasta ahora sin representación en la Cámara de los Comunes, insistió en reclamar que se convoque de inmediato un referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido a la UE, algo que el primer ministro, David Cameron, ha prometido para 2017.

A falta de atribuir tres representantes norirlandeses del total de 73 escaños británicos en la Eurocámara, UKIP suma 24 eurodiputados (11 más que en 2009), seguido por el Partido Laborista, con 20 (siete más) y 25,40 % de los votos, y los «tories», con 19 escaños (7 menos) y 23,93 % de apoyo.

El mazazo fue absoluto para el Partido Liberal Demócrata del viceprimer ministro, Nick Clegg, que obtuvo sólo un 6,87 % de los votos „su peor registro en 25 años„ y una única eurodiputada, frente a los once que tenía en 2009. Es más: se vió relegada a quinta formación más votada, detrás de los Verdes (7,87 % y tres eurodiputados) y por delante del Partido Nacionalista Escocés (SNP, 2,46 %), que no obstante logra dos escaños.