El Instituto Nóos, liderado por Iñaki Urdangarin y Diego Torres, facturó a la Generalitat Valenciana casi mil euros por los servicios prestados por una empresa de canguros de niños, como si fueran gastos de un foro organizado en esa ciudad con fondos públicos. Urdangarin y Torres también engañaron al Govern balear haciéndole abonar los gastos de excursiones a Valldemossa o viajes de sus empleados a Madrid y otros destinos, como si estuviesen vinculados a otros seminarios organizados por Nóos en Palma con dinero público.
La empresa barcelonesa Serveis de Familia i Conserger prestó en 2005 dos servicios de canguros para Nóos los días 30 de noviembre y 30 de diciembre del 2005. Esos trabajos costaron, respectivamente, 165,88 y 258,68 euros. Al siguiente año, la misma empresa facturó primero a Nóos y éste a la Generalitat Valenciana otros dos servicios de guardería de niños con fechas 2 de enero y 30 de junio, que ascendieron, respectivamente, a 424,56 euros y 127,60 euros.
Los recibos fueron luego cargados por Nóos a la Generalitat Valenciana, con cuenta a los seminarios Valencia Summit de 2005 y 2006.
La fiscalía anticorrupción y el juez José Castro han incluido esas 4 facturas entre los centenares de gastos ajenos a los seminarios organizados por Nóos con dinero del Govern y de la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia.
Serveis de Familia y Conserger era la empresa que los duques de Palma usaban para conseguir niñeras para sus hijos. Doña Cristina y su marido pagaron con dinero de Aizoon a esta sociedad, según han acreditado las pesquisas policiales.
Una responsable de la empresa barcelonesa ha explicado a los investigadores que sus servicios consisten en el cuidado de niños o trabajos de limpieza, algo totalmente ajeno a los foros celebrados en Valencia.
Una babel de facturas
Diego Torres fue requerido en 2010 por el juez Castro para que aportara las facturas justificantes del destino dado a los 2,3 millones de euros pagados por el Govern para los dos eventos Illes Balears Forum, dado que en los archivos del Ejecutivo no constaba papel alguno.
Torres entregó una auténtica babel de facturas, con recibos referentes a los foros de Valencia y otros ajenos a los eventos de esa ciudad y de Palma, como el de la empresa de canguros.
Así Nóos hizo que el Govern abonara casi 800 euros a la empresa Garreta y Cía por registrar la marca Illes Balears Forum, algo a lo que se oponen fiscalía anticorrupción y juez al entender que es ajeno a los seminarios; 18.000 euros a una empresa de artes gráficas por, entre otros trabajos, puntos de lectura para los Valencia Summit; otros 272 para bolígrafos de ese mismo evento; excursiones por Mallorca o vistas guiadas a Valldemossa, probablemente para invitados «vip» de los Illes Balears Forum, pero que el magistrado José Castro no incluye entre los gastos justificados de esos eventos.
El entramado Nóos, a pesar de estar constituido por numerosas empresas, fundaciones y asociaciones, funcionaba como un ente único. Esta circunstancia se tradujo en una notable confusión entre empleados, que frecuentemente cambiaban de empresa dentro del grupo, trabajos exteriores y gastos comunes. Ese caos se ve reflejado en las facturas que presentaron para demostrar el destino de los fondos públicos.
