La batalla interna del grupo municipal socialista de Alicante se convirtió ayer, una vez más, en el foco de atención de la asamblea celebrada ayer en la sede de la UGT en la que el secretario local de la formación, Gabriel Echávarri, debía rendir cuentas de su gestión. La labor del líder municipal quedó relegada a un segundo plano ante la lluvia de reproches que cayó sobre los cinco concejales díscolos de la agrupación alicantina. Pero, sin duda, fue la edil Ana Paula Cid la que encabezó la mayoría de las críticas después de que hace más de una semana denunciara, ante los medios de comunicación, las ausencias al trabajo de los tres regidores oficialistas entre los que se encuentra el portavoz municipal, Miguel Ull, que se sentó en primera fila en el citado acto. La cúpula del PSOE emplazó a la concejal a «dar un paso atrás». La división sigue reinando en el socialismo alicantino sin visos de llegar a una unión que algunos consideran necesaria para hacer frente al PP de cara a las próximas elecciones de 2015.

Los cinco ediles díscolos no asistieron a la asamblea. Una ausencia que aumentó más, si cabe, el malestar interno de la formación. De hecho, la militancia lamentó que los regidores críticos no dieran la cara en un acto en el que no se medían fuerzas. «Esto también es trabajo», denunciaron algunos miembros destacados del partido en la intimidad. El secretario general provincial del PSOE, David Cerdán, que acostumbra a actuar como mediador en los conflictos de la formación alicantina sí acudió a la cita para respaldar a Echavarrí. «Es importante dejar de pensar en un mí para pensar en un nosotros», manifestó el representante socialista, quien incluso llegó a lanzar un ultimátum a los díscolos: «El que no esté con nosotros y no vaya a ayudar en el proyecto que dé un paso atrás». En la misma línea, Cerdán apeló a la «unión en el trabajo» para que de la dividida agrupación salga una.

Por su lado, Echávarri agradeció al inicio de su discurso, hasta en tres ocasiones, el apoyo a David Cerdán. Asimismo, centró una parte de su locución en censurar la actitud de los ediles críticos. «Vamos a construir un futuro y el que quiera destruirlo se va a encontrar solo», amenazó el secretario local a la vez que tachó como «inadmisibles» episodios como el vivido la semana pasada, en alusión a las polémicas declaraciones de la regidora Ana Paula Cid. «Os aseguro que serán muchas cosas pero no son socialistas, no lo son», sentenció el dirigente en alusión a los díscolos.

Los afiliados que asistieron al acto también cargaron duramente contra el comportamiento de la regidora socialista en el turno de intervenciones. El exalcalde de Alicante y actual vicepresidente de las Cortes, Ángel Luna, aprovechó la ocasión para pronunciarse en este sentido. «No es posible la deslealtad de una concejal de la agrupación local que llega a decir que hay miembros que no trabajan», censuró a la vez que instó ante la cúpula socialista a esperar que termine la campaña electoral para «expulsar» a determinadas personas. «El PSOE va a ignorar a aquellos que no representen al partido», anunció. El resto de afiliados también exigieron la dimisión de Ana Paula Cid.