El presidente de la Generalitat y líder del PPCV, Alberto Fabra, está de enhorabuena. A la noticia de que habrá un valenciano -el vicesecretario general de Estudios y Programas y exconseller Esteban González Pons- en un puesto destacado (el dos) en la lista para las elecciones europeas, se suma que contará con el aliento de Génova para la campaña electoral en el 71% de su territorio. Valencia y Alicante serán, según ha podido saber este diario, objetivos principales del PP ya que junto a Madrid, Murcia y Barcelona fueron las provincias que en 2009 obtuvieron mayor número de votos.

Las elecciones europeas tienen varias peculiaridades, entre otras, que cuenta lo mismo un voto emitido en Melilla que otro depositado en Madrid. Estos comicios han interesado históricamente poco y registran porcentajes de abstención del 50%. Con la actual crisis económica y el hartazgo que la ciudadanía demuestra tener hacia los partidos políticos (especialmente los mayoritarios) tanto el PP como el PSOE trabajan para contener el previsible bofetón del 25 de mayo. El PPCV ha asumido ya desde hace tiempo que en estos momentos el éxito es fidelizar a su votante tradicional, de ahí que la lucha esté en conservar en la medida de lo posible los apoyos logrados hace cinco años.

Una cuenta similar hace el PP nacional, de ahí que hará un esfuerzo extraordinario en aquellas provincias que más votos aportaron a la cesta global. La primera en la lista es Madrid, con más de un millón de votos como tarjeta de presentación, y la segunda, Valencia, que logró aportar al PP nada menos que 543.523 papeletas. En la tercera posición se situó Alicante, con 327.307 votos, seguida de Murcia con 2876.147 sufragios y Barcelona con 273.638.

Los resultados en la Comunidad Valenciana -984.005 votos en total- convirtieron este territorio en uno de los principales graneros para la organización. Aunque todas las encuestas apuntan a un desgaste importante del partido en la Comunidad, es evidente que la aportación valenciana será clave para que la lista que encabeza el ministro Miguel Arias Cañete no salga excesivamente trasquilada. Los populares llevan tiempo poniendo encima de la mesa su peso específico y han reclamado a Génova más cariño. Rajoy ha hecho sus propias cuentas y tiene claro que tendrá que esforzarse en un territorio en el que el PP gobierna hace casi ya dos décadas, pero que está, según los sondeos, en declive. Habrá, por tanto, desembarco de ministros y primeras espadas.

Fabra sigue teniendo un importante cuestionamiento interno y el PP quiere esperar al resultado de las europeas para acabar de ratificarlo como candidato a las autonómicas. Parece bastante difícil que a estas alturas Rajoy autorice un nuevo relevo en el PPCV tras la traumática dimisión de Francisco Camps hace casi tres años. Con todo, un resultado catastrófico llevará al menos a analizar los pros y los contras de un cambio. En este contexto, la ayuda de Génova vendrá bien a Fabra en esta campaña, aunque la estrategia no es tanto apuntalarlo a él sino rebañar votos de los caladeros que fueron más importantes hace cuatro años.

El PPCV cuenta ya con varias visitas de ministros y, lógicamente, con presencia activa de González Pons. Vendrá también el presidente Rajoy, aunque no está decidido si se atreverán con la plaza de toros de Valencia, un icono en las campañas del PPCV en los últimos años. Fabra, consciente de lo que se juega, tiene también intención de participar activamente en la precampaña.