Fabra necesitaba un fin de semana como éste para lograr afianzar su liderazgo y ayer puso toda la carne en el asador. La intención del PPCV era transmitir unidad tras el presidente (para lo que se trató, sin éxito, de contener a Alfonso Rus) y podría decirse que Fabra lo logró con su discurso en la clausura de la Intermunicipal del PP.

Sus mensajes iban con destino a Madrid, pero también tenían una lectura de consumo interno: convencer a los suyos de su carácter reivindicativo y seguridad en sí mismo como líder, algo que le afean críticos como el mismo Rus. Y aunque no consiguió atar su candidatura a 2015 con un respaldo explícito de Rajoy (algo que parece a expensas del resultado en las europeas), sí logró, tal vez por primera vez, un PPCV cohesionado tras de sí. La ovación de todo el auditorio a su reclamación de más financiación se lee en la cúpula de la calle Quart como el inicio de una nueva etapa. Hasta los críticos le avalaban: «Hoy, sí», decía un cargo del PP provincial.

El jefe del Consell, en un parlamento aparentemente complaciente con Rajoy alabando su gestión de la crisis y su «reformismo», no dejó de recordarle el peso del PPCV y los casi 1,4 millones de votos que, desde Valencia, le ayudaron a ganar la Moncloa: «Me pediste que tomara las riendas de este proyecto y eras Mariano Rajoy. Al cabo de seis meses, cuando te llamé, en el teléfono ponía 'presidente del Gobierno'. Eso lo conseguimos en la Comunidad Valenciana, con el trabajo de 150.000 militantes. Te dimos el mayor apoyo que nunca ningún partido ha recibido en esta autonomía». «En estos últimos 20 años hemos sido bastión del PP de toda España y lo vamos a seguir siendo. Ganando las elecciones», añadió.

El líder del PPCV también quiso recomponer ante Génova la imagen de un PPCV salpicado de escándalos, y lo reivindicó «como un partido honrado, fuerte y unido». Y, dando por hecho que optará a las autonómicas de 2015, se comprometió: «A tu lado y contigo donde haga falta. Voy a dejarme la piel [...] para que este gobierno siga en manos del PP, que es lo mejor que puede pasar a todos los valencianos».

El presidente también sacó pecho por su gestión al frente de la Generalitat, con la reestructuración del sector público así como las cifras macroeconómicas, lo que llevó a Fabra a dejarse llevar por la pendiente del optimismo en la recuperación. «La Comunidad Valenciana es mucho más de lo que algunos hacen ver y de lo que quieren ver otros», dijo defendiendo la imagen autonómica frente a críticas de la oposición e incluso parte del PP de otras autonomías. Y mencionó la caída de abandono escolar; la subida de afiliados a la Seguridad Social, la creación de empresas, el récord de exportaciones y el mantenimiento del Estado del bienestar. «La Comunidad Valenciana va a ser la locomotora de crecimiento de España», sentenció.

En este contexto, reclamó la mejora de la financiación, apelando a la «sensibilidad» de Rajoy. «Necesitamos esa igualdad de oportunidades y sé que lo vas a resolver. Porque ese modelo discriminatorio lo firmó ZP y Rajoy lo va a cambiar haciéndolo más justo y equitativo».