Debilitado cada vez más en Valencia, José Císcar necesita cavar una trinchera profunda y resistente en Alicante. Durante casi año y medio de mandato al frente de la cúpula provincial del PP, el conseller de Presidencia había intentando «teledirigir» la organización desde el «cap i casal». Ahora se ha dado cuenta que sin una marca que defender y sobre la que ejercer cierto poder, toda estructura va minando poco a poco. Así que en las últimas semanas, Císcar ha redoblado su presencia en municipios e instituciones para marcar su territorio. A la fuerza ahorcan.

Ayer, sin ir más lejos, estuvo en la Diputación en una convocatoria sin previo aviso y que, oficialmente, tenía como objetivo hablar de la reforma de la administración local; y posteriormente en la ciudad Elche. Su esfuerzo por recorrer la provincia no es una cuestión menor. Císcar quiere volver a ganarse a mucha de su tropa. ¿Objetivo? Recuperar a los enfadados para intentar pertechar su refugio.