La sala donde se celebra el juicio del caso Blasco sí que completó ayer su aforo con el interrogatorio al principal procesado, el exconseller de Solidaridad Rafael Blasco. Al contrario que en el primer día de las vistas, las protestas también llegaron a las puertas del Tribunal Superior de Justicia. Medio centenar de personas convocadas por la Coordinadora de ONG exigieron la devolución del dinero desviado que tenía que haber ido para el Tercer Mundo.

Blasco no estuvo ayer solo, varios representantes del IVAM, el museo que dirige su mujer Consuelo Ciscar, y el arquitecto amigo del político José María Lozano siguieron la declaración en directo. También estuvieron las dos diputadas que denunciaron a Blasco. La diputada del PSPV Clara Tirado, que se quedó en la puerta al no poder entrar por ser testigo, y su homóloga de Compromís, Mireia Mollá, que asistió a las siete horas del interrogatorio.

Al igual que la presencia de público en la sala fue mayor, la atención informativa creció igualmente en la dependencia con 150 profesionales acreditados de 32 medios de comunicación. Aunque muchos estuvieron en la sala de vistas, la mayoría siguió la jornada desde el habitáculo que el TSJ habilitó para verlo por la televisión. Hoy se interrogará a Augusto César Tauroni, el empresario y único que sigue en prisión.