La dimisión de Carlos Fabra tiene un precio. La Cámara de Comercio de Castellón podría abonar casi 90.000 euros a su secretario general como compensación por abandonar el cargo. Así lo confirmaron a este diario fuentes solventes, que revelaron también que hubo presiones políticas y empresariales para forzar la marcha de Fabra de la Cámara y de la Autoridad Portuaria.

Como cuando dejó la presidencia del aeropuerto, Carlos Fabra ha trasladado el mensaje de que abandona por propia iniciativa. Según aseguró anteayer, la decisión la tomó libremente para no perjudicar a la entidad. Una aseveración que a duras penas se sustenta, ya que un día después de conocer la sentencia que le condena a cuatro años de cárcel por defraudar a Hacienda proclamó su intención de seguir desempeñando sus funciones en la Cámara y en el consejo de administración del Puerto de Castellón. Días después y como respuesta a las crítica y la presión, ha tenido que abandonar.