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Cisma entre Fabra y diputados del PP por el indulto a Hernández Mateo

«Si Fabra dice que no le parece bien, será a él, pero a mi y a otros cuarenta y tantos sí nos lo parece», desafía Ballester

El diputado Andrés Ballester junto a Milagrosa Martínez, a punto de juicio por Gürtel, ayer en sus escaños de las Cortes. germán caballero

La petición de indulto para que el exalcalde de Torrevieja y antiguo diputado del PP, Pedro Hernández Mateo, evite entrar en prisión después de ser condenado por prevaricación y falsedad por una adjudicación durante su etapa como primer edil, se ha convertido en la gota que ha colmado el vaso en el grupo popular de las Cortes. Al síndic parlamentario del PP, Jorge Bellver, no le quedó otra que salir a la palestra para censurar a los firmantes de la iniciativa. Y, por extensión, desautorizar al oriolano Andrés Ballester, el diputado que propuso a sus compañeros durante la última reunión de grupo del PP que firmaran la solicitud de indulto para evitar que Hernández Mateo entre en prisión y que ayer mismo fue todavía más allá para desafiar directamente al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, que el lunes se pronunció en contra de la maniobra: «Si Fabra dice que no parece bien, será a él, pero a mi y a otros cuarenta y tantos que hemos firmado la petición sí nos lo parece», se despachó Ballester en los pasillos de las Cortes. Una declaración que evidencia las fuertes tensiones internas que ha generado este asunto en las filas del PP.

Los conflictos de un grupo parlamentario diseñado, en su día, por Francisco Camps y heredado por Alberto Fabra, llevan meses latentes. Las quejas de los imputados por sentirse indefensos, las críticas a la «línea roja» del jefe del Consell por relevar a los altos cargos encausados o la decisión de arrinconar a los diputados inmersos en investigaciones por corrupción, el episodio de sacar a Rafael Blasco de la bancada del PP después de que el TSJ decidiera su procesamiento por el fraude las ayudas a las ONG o, en última instancia, el inminente cierre de RTVV habían puesto encima de la mesa que el grupo popular es un auténtico polvorín. La petición de indulto a Hernández Mateo -avalada por unos 40 diputados, según las cuentas de este periódico- ha ejercido de chispa para acabar encendiendo la mecha.

Después de las declaraciones de Fabra en las que desautorizaba por completo la petición de firmas para indultar a un alcalde condenado, Andrés Ballester -impulsor de la iniciativa, íntimo amigo de Francisco Camps y que se auproclamó en su día como el portavoz de la mayoría silenciosa- no se cortó ni un pelo ni en los pasillos de las Cortes ni, después, en declaraciones a este periódico. Desafió a Fabra, insistió en que existen razones «humanitarias» para indultar a Mateo, aseguró que actuaría igual con un miembro de la oposición y rechazó de plano que la operación afecte a la «línea roja» marcada por el jefe del Consell. «Es una iniciativa personal. No de partido», recalcó aunque, insistió, que «Hernández Mateo tiene unas cualidades positivas para solicitar el indulto». «Quizá a otros les pueda parecer que no», lanzó como carga de profundidad aunque sin citar a nadie. El diputado oriolano, incluso, encontró aliado. «No es un delincuente. Mi deseo es que sea indultado. Tenemos amistad personal», apuntó Alfonso Rus, líder del PP en Valencia y muy crítico, de hecho, con la actuación de Fabra con los imputados.

Andrés Ballester no deja de ser, como apuntan fuentes del PP, un parlamentario con fecha de caducidad en las Cortes y ahora con muy difícil encaje en las próximas candidaturas electorales. Pero el asunto, sin embargo, se le ha ido de las manos a los populares. Hay preocupación en Génova por la imagen de una bancada dando su respaldo a un alcalde condenado; en la cúpula del PPde Valencia y Alicante por la insurrección que, en todo caso y por aquello de limitar los daños, atribuyen en exclusiva a Andrés Ballester pese a la rúbrica «personal» de cada parlamentario; y en el Consell por el impacto en la imagen de Fabra, que sale a un conflicto con desgaste por semana. La tensión llegó al extremo que el síndic del PP en las Cortes, Jorge Bellver, tuvo que echar el resto para desautorizar la maniobra de Ballester a favor del indulto de Pedro Hernández Mateo -«Ni la secundamos, ni la secundaremos», advirtió-; y censurar sus declaraciones: «Son desafortunadas», dijo sobre un episodio que aún no ha finalizado.

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