Canal 9, tomada por los trabajadores y bajo la dirección de un consejo de opositores tras dimitir la cúpula nombrada por PP, trató en 24 horas de corregir la imagen de televisión títere y progubernamental que ha tenido durante 24 años. El miércoles y el jueves, los trabajadores de la televisión lucharon por sacudirse la etiqueta de voz de su amo envolviéndose en la bandera de la voz del pueblo. Y lograron una audiencia tres veces superior a su ««share»» habitual haciendo sus propios contenidos. Nou, como se denomina el canal desde hace algunos meses, cerró su primera jornada de rebeldía con una audiencia media del 9,4%, cifra muy superior a su referencia habitual, menos del 3,8% del total de espectadores.
El canal presentó resultados a media mañana de ayer al resto de medios, tan expectantes como las redes sociales que convirtieron RTVV en «trending topic» en varios momentos del día. Según RTVV, a primera hora del miércoles, «Notícies 9 Bon dia» ya registraba un 12,2% de audiencia; en la primera edición de los informativos subió el «share» al 15,7% y, ya por la noche, el «Especial tancament RTVV» logró la hazaña de sentar, en la misma mesa, al conseller de Gobernación del PP y a los portavoces de la oposición, y, frente al televisor, a 322.000 espectadores. El debate hizo el mejor dato de audiencia de la televisión pública de todo el año, con una cuota de pantalla del 13,7%.
Reivindicación y costumbrismo
Mientras el Consell preparaba el decreto ley de renovación del consejo para recuperar el mando en Burjassot, la dirección interina prolongaba ayer jueves el estado de «toma de la parrilla». Ayer, los trabajadores dedicaron las horas de gracia que les concedía la situación en hacer un último esfuerzo para reivindicarse ante su audiencia.
Hubo seguimiento intensivo de cada titular político que surgía sobre la clausura de la corporación -esta vez con comentarios e interpretaciones de los presentadores- y reportajes humanos sobre el impacto social que tendría la pérdida de la corporación en Nou 24. También hubo espacio para otras noticias, deporte y el tiempo, errores tipográficos y vídeos a destiempo.
La plantilla buscó redimirse pidiendo perdón por silenciar a las familias de las víctimas del accidente de Metro Valencia y conatos de autocrítica -como se vio en un informativo con voces en off reconociendo que «somos una televisión con nuestras virtudes y nuestros defectos» tras una breve ronda a micro abierto entre viandantes que recordaban «que algo de manipulación sí que ha habido»-. Pero sobretodo, hubo un mensaje subyacente dirigido a los espectadores que hilaba todas las piezas audiovisuales que se redifundían, actualizaban e incorporaban de manera frenética en el canal de noticias Nou24: los amos de esto son ustedes, decidan que RTVV no se cierre.
«La imagen del día es para ustedes, los dueños de la televisión pública». Con esta frase se abría una sección del telediario vespertino que mostraba a cientos de personas la noche del miércoles en la Plaza de la Virgen de Valencia en contra del cierre. «No sabemos si va a ser el último día de este informativo» fue otra idea que cosieron los presentadores a sus guiones.
En las horas muertas de la tarde, Nou24 redifundía los apoyos recibidos y recabados en la calle: ciudadanos que recordaban que el canal en valenciano transmite su «manera de sentir en valenciano»; belleas del foc, falleras mayores y reinas de las fiestas de la Magdalena que lamentaban que «que sin vosotros no se verá la fiesta»; cabeceras durante la publicidad con música de dulzainas e imágenes de la romería de Santa Faz o la Muixeranga de Algemesí. La conexión más íntima de Canal 9 con su audiencia, el costumbrismo, fue el himno de guerra que usó la cadena para unir a la ciudadanía en contra del cierre: «Això no ho voreu», «esto no lo verán», fue la coletilla que ponía fin a los reportajes de la tarde. Una presentadora se despidió diciendo: «Ofrecemos la audiencia de ayer no para demostrar nada, sino para darles las gracias por hacernos creer que esta casa podría ser la voz de todos».
